El Centro Sefarad Israel Madrid ha sido el perfecto escenario para la presentación del libro Labores de Lagartera, base de conocimientos de la excelencia artesana lagarterana previa a su reconocimiento como Bien de Interés Cultural. La elección de este punto para el evento está íntimamente relacionada con el origen sefardí de estos bordados, según destaca el lagarterano Tomás Alía, reconocido arquitecto de interiores, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y defensor a ultranza de la excelencia artesana española.

Alía, también embajador de la Cerámica de Talavera y Puente, es el impulsor y director artístico de este libro que ya es una joya de una de las artesanías más antiguas y valoradas del país; no obstante, su madre, Pepita Alía, maestra bordadora, ha sido reconocida como Tesoro Viviente. «Con esto homenajeamos a esta identidad que no estaba para nada puesta en valor y que es una de las grandes riquezas y patrimonios que tiene Castilla-La Mancha», explica.

La obra, realizada junto a la Consejería de Cultura y la Dirección General de Artesanía del Gobierno de Castilla-La Mancha,  ha sido prologado por el presidente regional, Emiliano García-Page.

Labores de Lagartera, riqueza de la excelencia textil - Foto: Marcella EchevarríaLos textos son de Ana Navarro, directora del Instituto Cervantes de Nápoles, tras dos años de investigación, mientras que las imágenes, en un libro eminentemente gráfico, corresponden a la fotógrafa colombiana Marcella Echevarría. En sus fotos se recoge el origen de las labores con sus diferentes piezas en manos de colecciones privadas de Lagartera, muchas de ellas de Pepita Alía, «gran coleccionista de la excelencia artesana de Lagartera y muchas familias que han aportado esas ropas suntuosas y ricas».

La obra recoge el estudio histórico, científico y patrimonial a nivel etnográfico y descriptivo de lo que supone la marca labores de Lagartera como seña de identidad y como isla estética exclusiva, indica Alía. Se trata de una de las grandes identidades del mundo, según recogen datos históricos desde 1320, y de la que también habla Fray Hernando de Talavera, confesor de Isabel La católica, que se refiere en uno de sus escritos «a la opulencia y riqueza y excesos de los trajes de las lagarteranas».

En Labores de Lagartera se exponen algunas conclusiones que ponen en valor sus técnicas textiles, ancestrales y magistralmente conservadas, que transforman en espléndidos unos materiales en principio modestos, elaborados en ambientes domésticos y artesanos. Las mujeres lagarteranas han sido claves para que las indumentarias y ajuares se vayan legando de generación en generación, permaneciendo fieles a sus orígenes medievales.

Labores de Lagartera, riqueza de la excelencia textil - Foto: Marcella EchevarríaPresentación en madrid. Previo a la consecución del BIC y a iniciar el camino para lograr el reconocimiento como Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad por la Unesco, el libro Labores de Lagartera se presentó en Madrid en una fiesta cultural de altos vuelos. Junto a Alía, promotor de la iniciativa, Ana Isabel Fernández Samper, directora general de Artesanía, Ana Navarro, del Instituto Cervantes de Nápoles, y el alcalde de Lagartera, Sergio Alía.

Les acompañaron diseñadores como Torreta, Lomba o Leandro Cano, directores de museos como el del Traje o el de Artes Decorativas, que atesoran más de 300 piezas documentadas con labores lagarteranas; y la presidenta del Patronato de la RealFundación de Toledo, Xandra Falcó, entre otros. Boris Izaguirre, Vicky Martín Berrocal y Kike Sarasola tampoco se perdieron la presentación.

El evento se convirtió en un desfile de moda de alta costura, sorprendiendo a los presentes que vieron descender por la escalera del palacio de la calle Mayor a modelos lagarteranas con los trajes que resumen las identidades del municipio de la Campana de Oropesa. Novias, damas de honor o jamalleras, el traje de domingo e incluso una mujer de luto, de negro con medias rojas, «la única en España», añade el interiorista, brillaron en el Centro Sefarad Israel con prendas de los siglos XVI al XVIII, joyas y complementos que nunca antes habían salido de Lagartera.