El pasado fin de semana, Ayuntamiento y Consorcio inauguraban por todo lo alto el Salón Rico del Corral de Don Diego. No es para menos, después de más de dos décadas de proyectos y reparaciones. Este mismo fin de semana un acto vandálico afectaba a otro monumento que Consorcio y Ayuntamiento recuperaban hace ya doce años, el conjunto de la sinagoga del Sofer.
Tal y como ha denunciado en sus redes sociales el guía Felipe Vidales, alguien ha tirado al suelo el poste que apuntala una bóveda subterránea del complejo. La sinagoga de Sofer está abierta, sin las vallas que antaño impedían el paso. Es motivo de visita por varios guías que, como Vidales, muestran lo que son los pocos restos de la judería primitiva, tan cerca de San Juan de los Reyes, y destacan la «suerte» de que se conserven intactos dos templos «que podrían haber corrido la misma suerte».
Para su sorpresa, este fin de semana se ha encontrado con la viga que apuntalaba una de las bóvedas en el suelo. La bóveda está bajo el suelo de madera de la plaza. Si cae, seguramente no sea peligroso para quien esté arriba, pero sí para quien esté abajo, amén de una pérdida patrimonial. El guía ha denunciado públicamente esta situación y ha etiquetado al Consorcio, responsable del mantenimiento, pero apunta que no hay respuesta.
Vidales también reclama que el espacio se ponga en valor y que haya algún cartel explicativo. No puede ser que esté abierto y abandonado y con la basura que cae a los aljibes del espacio superior. La falta de puerta y de cartel, apunta, puede ser una invitación a que algunos estudiantes bajen a diario a fumar, pintar u orinar, «si no hay cartel ni nada, unos menores de edad no le van a dar el valor que no le dan el Ayuntamiento y el Consorcio».
Un Consorcio, ha explicado su directora de Gestión Patrimonial, Soledad Sánchez-Chiquito, que va a estudiar lo ocurrido y, si es necesario, buscar soluciones. Una empresa de limpieza, apunta, acude cada viernes a hacer el mantenimiento del Sofer. Lamentablemente, explica, hay mucha gente que tira allí su basura, a pesar de las papeleras de la zona, lo que hace necesarias estas labores. Más allá, la entrada a la sinagoga quedó abierta después de que en varias ocasiones personas a las que se les cayó algún objeto reventaran la cerradura. Pero la entrada a la zona de bóvedas, apunta Sánchez-Chiquito, tiene que estar cerrada por una cadena, «allí la gente no debe acceder, iremos a verlo». A la responsable del Consorcio le llama la atención la suciedad de la fotografía de solo un día después de la limpieza y se pregunta si ha podido ocurrir algo este fin de semana.
Antecedentes. Fue el Consorcio de Toledo el que recuperó para el uso público a mediados de 2010 un espacio abandonado durante décadas entre la Escuela De Artes y Oficio y San Juan de los Reyes. Hizo para ello una inversión de 508.481 euros. El proyecto original encargado a los arquitectos Bernalte y Asociados S.L.P, proponía la creación de un espacio escultórico destinado a aprovechar el desnivel del solar entre las calles Reyes Católicos con el Ángel, y adecuar la plaza con un nuevo empedrado. Sin embargo, la aparición de dos tramos de bóveda de cañón y de los restos de dos aljibes determinaron un cambio de proyecto. La excavación arqueológica permitió documentar estructuras relacionadas con diversos edificios y otras referidas al aprovechamiento hidráulico. Entre las primeras, destacan las cimentaciones relacionadas con la sinagoga de Sofer, restos de muros pertenecientes a las casas de época medieval y moderna, y sótanos abovedados conservados parcialmente. Sobre las segundas, la excavación confirmó la importancia del aprovechamiento de los cursos de agua subterráneos que bajan por esta zona desde la calle del Ángel y se localizó una posible alcantarilla romana, un pozo excavado en la roca con una profundidad que supera los siete metros, un aljibe de planta circular y dos aljibes. Como elemento singular destaca la presencia de un resto de un potente muro en la parte superior de la calle del Ángel que podría pertenecer a la cerca de la propia judería y que ha quedado integrado en la obra.
Plaza superior y restos inferiores fueron recepcionados por el Ayuntamiento. Aunque el Consorcio, a través de su programa 'Patrimonio Desconocido' realiza diversas visitas al entorno, le corresponde al Consistorio su limpieza y mantenimiento.
En 2012, tras las denuncias en este diario sobre la suciedad en el entorno, Ayuntamiento y Consorcio firmaron un convenio para que este se hiciera cargo de la limpieza de todo el entorno, que había sido muy deficiente desde que el Ayuntamiento recepcionara la obra a mediados del año anterior. La idea era aprovechar también para promocionar los restos en sus visitas de Patrimonio Desconocido, y mostrar así al público hallazgos como los cimientos de la sinagoga de Sofer, la más antigua de la ciudad, muros pertenecientes a viviendas medievales, dos aljibes, alcantarillado romano y un grueso muro, que podría ser el que cercaba a la Judería toledana.
Desde 2014 luce un monolito homenaje a una decena de toledanos que cruzaron la frontera pensando que en Francia podrían empezar de nuevo y terminaron muriendo tras las alambradas de los campos de concentración, la mayoría en Mauthausen y Gusen.