Pedro Carreño

La Ínsula

Pedro Carreño


Adiós, Radio

30/01/2024

Informar sobre el cierre de un medio de comunicación es, para un periodista, difícil tarea. Contarlo, es morir con él. Es oír la voz muda de una redacción enterrada viva. Es narrar, con sentimiento ahogado, que otro jirón de vida se va. Con un micro apagado, o con un bolígrafo al que se le ha acabado la tinta. 
Cuando un medio de comunicación dice adiós, se marcha algo de nosotros. Deja huérfanos de experiencia, recuerdos y libertad a espectadores, lectores u oyentes. Si quien se va es un medio local, la cercanía y la proximidad hacen que la despedida sea más sentida. También más dolorosa, si cabe.
Lamento profundamente que te vayas, apreciada Radio Consuegra. Tu adiós, y que la comarca manchega pierda otra vez un medio de comunicación, no es una buena noticia. Ni para ti, ni para nadie. Muchos serán los que te echemos de menos pronto. También te añorarán -aunque lo disimulen-, quienes ahora mismo respiran con alivio por tu salida del dial. Aquellos que piensan que eres un estorbo y un dolor de muelas.
Nunca pensé escribir tu obituario, y mucho menos encadenar palabras para trasmitir en esta columna el sentimiento de vacío que vas a dejar, aunque ahora no se sepa ni se calibre bien. Querida emisora, te llevas la memoria local escrita en el aire en estos años.
Respeto y entiendo los motivos de tu adiós. Los que sabemos algo de información local -porque la hemos ejercido y aprendido de ella-, sabemos el mérito que has tenido. Subir la regleta del sonido todos los días, no es solo pulsar el botón la luz. Es un ejercicio de amor a la profesión. A lo más artesano del oficio. Un lucha continua y titánica por la supervivencia de un medio de comunicación, por muy modesto que sea.
Una emisora local es un lujo y un privilegio para una localidad. En algunos casos, hasta un orgullo. Un distintivo y una ventana a la libertad para dar cobijo a todas la de voces que conforman un pueblo y una comarca. El desconocimiento de esta realidad, no exime de responsabilidad a los elegidos para velar por ella.
Subir el sonido de la regleta todas las mañanas, conlleva dignidad, compromiso y sacrificio. Dignidad con la profesión y a la vez compromiso con los vecinos y oyentes. También sacrificio para sobrellevar las presiones y la cuenta de resultados a final de mes.
Te vas, querida Radio, y nos dejas el recuerdo de tu compañía y de tu aliento diario. Es el mejor legado. Como te digo, nunca pensé escribir esta columna bañada con alguna lágrima solidaria que debiera secarse en el papel. O evaporarse en las ondas.
Desde estas líneas, apreciada emisora, sintonizas con un cálido abrazo hertziano y con la confianza de que pronto volverás a subir la regleta del sonido. Lo harás con más experiencia. Con más compromiso con la profesión, y con aquellos te sintonicen día a día. 
Pegado al Off, está el botón del On. Muy cerca, como el futuro.

ARCHIVADO EN: Radio, Consuegra