Castilla-La Mancha ha cerrado mayo con 455 millones de déficit, lo que supone el 0,85 por ciento de su Producto Interior Bruto, mientras que en los cinco primeros meses de 2023, el déficit de la región fue de 369 millones, el 0,73 por ciento del PIB.
El déficit del conjunto de las administraciones públicas españolas, salvo las locales, se situó en 18.291 millones de euros entre enero y mayo, una cifra que supone un descenso del 6,2 por ciento con respecto al mismo periodo de 2023 y que equivale al 1,18 por ciento del PIB.
Esta evolución del déficit público fue posible porque el crecimiento de los ingresos (del 5,8 por ciento impulsados por los impuestos) fue superior al de los gastos (del 4,8 por ciento) de acuerdo con los datos de ejecución presupuestaria publicados este miércoles por el Ministerio de Hacienda.
La administración central concentró un déficit de 7.953 millones, un 0,51 por ciento del PIB, tras reducirlo en un 25,4 por ciento gracias a la fortaleza de la recaudación, que permitió compensar el mayor gasto en intereses de la deuda y salarios.
Las comunidades autónomas acumularon un déficit de 10.446 millones, un 40,6 por ciento más y un 0,67 por ciento del PIB, un repunte relacionado con el aumento de los gastos en salarios, intereses, inversiones y otras partidas como la de conciertos de asistencia sanitaria (sube un 10,1 por ciento) o educativos (3 por ciento).
Todas las comunidades autónomas cerraron mayo con déficit, salvo el País Vasco que logró un superávit del 0,42 por ciento de su PIB, que fue especialmente destacado en Baleares (1,89 por ciento) y Murcia (1,35 por ciento).
Por su parte, la Seguridad Social registró un superávit de 108 millones, un 0,1 por ciento del PIB, frente al déficit del pasado año, gracias tanto a la buena marcha de las cotizaciones sociales como a las mayores transferencias recibidas del Estado.
El déficit del Estado baja un 24 por ciento en el primer semestre. Hacienda también ha avanzado los datos de ejecución presupuestaria del Estado hasta junio, un periodo en el que acumuló un déficit de 18.709 millones de euros, un 23,7 por ciento menos que en la primera mitad de 2023, lo que equivale al 1,21 por ciento del PIB.
Esta corrección del déficit estatal fue posible gracias al fuerte aumento de los ingresos (131.980 millones, un 6,4 por ciento más), que permitió compensar el pequeño aumento de los gastos (150.689 millones, un 1,5 por ciento más).
La buena marcha de los ingresos se explica por el aumento del 10 por ciento de la recaudación tributaria, hasta los 111.960 millones, impulsada especialmente por el IRPF, que se dispara un 20,8 por ciento a pesar de la reducción para las rentas bajas (860 millones) y las devoluciones a los mutualistas (708 millones).
También crece la recaudación por el IVA, un 6,6 por ciento tras la recuperación de los tipos del IVA para la electricidad y el impuesto especial de la electricidad, y por el impuesto de sociedades, un 5,8 por ciento por los mayores beneficios empresariales.
Por lo que respecta a los gastos, aumentan los correspondientes a intereses de la deuda (12,9 por ciento) y remuneración de asalariados (3,2 por ciento), entre otros, mientras que descienden las subvenciones, las transferencias sociales en especie o las ayudas a la inversión.