Toledo renueva el espíritu de Ermua 27 veranos después

Á. de la Paz
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La ciudad homenajea la memoria de Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP asesinado por la banda terrorista ETA en julio de 1997. «Las víctimas son referentes de comportamiento»

Durante el homenaje a Miguel Ángel Blanco se leyó una carta dirigida a la memoria del joven concejal asesinado por ETA. - Foto: Yolanda Lancha

Toledo recordó la memoria de Miguel Ángel Blanco, el concejal de la localidad vizcaína de Ermua asesinado por ETA en julio de 1997, con la lectura de un manifiesto, un minuto de silencio y un homenaje floral en la plaza del Ayuntamiento. El alcalde, Carlos Velázquez, varios concejales del equipo de Gobierno municipal y el vicepresidente tercero de la Diputación provincial, Joaquín Romera, participaron de un acto que reunió a representantes de los cuerpos policiales y a varias decenas de vecinos.

La «carta abierta a tu memoria», un escrito dirigido al joven edil cuya vida segó la banda terrorista, fue leída por un agente de la Policía Nacional y el concejal de Vox Juan Marín; también Romera y Velázquez prestaron su voz. El mensaje insistió en la «obligación moral» de mantener viva la «memoria» de un acontecimiento generacional, sin «pervertir ni ocultar» a los más jóvenes un hecho que conmocionó al país. «No debemos hurtar a las nuevas generaciones esta parte de la historia reciente».

La víctima número 778 de ETA fue «un joven comprometido con su tiempo y su sociedad», recordó el texto. La conmemoración de su asesinato refresca, año tras año, el espíritu de Ermua, una rebelión ciudadana contra el fanatismo de los terroristas. «No pudimos salvar tu vida, pero mantuvimos la dignidad».

La huella que aquella fatalidad dejó en la sociedad española aupó a las víctimas a una posición central. «Conquistaron el lugar que se merecen». La demanda de memoria, dignidad, justicia y verdad afloró en aquellos días del verano de 1997. «Todas las víctimas son referentes de comportamiento ejemplar».

El secuestro de Blanco despertó un sentimiento colectivo de rechazo al odio. El rostro del concejal vasco y los lazos azules llenaron las calles de España, también las de la localidad donde ejercía la representación política bajo la marca del Partido Popular. Sobre una de las fotografías que lucían en Ermua exigiendo su liberación, alguien escribió «tú y todos», el mismo lema escogido para el cartel que se exhibió en Toledo. «Cada ofensa ha sido injusta y nunca tendría que haberse producido», subrayó la carta. 

NO A LA IMPUNIDAD. La victoria de la democracia española sobre la banda terrorista ETA se cimentó sobre la aplicación del estado de Derecho. «Había que responder y exigir la aplicación de la ley: solo la ley, pero toda la ley». 

La preocupación que reflejó la misiva ahondó en la necesidad de que el «relato, aún sin construir» sobre la presencia de cuatro décadas de terrorismo esquive la amnesía de buena parte de la sociedad.

«Hemos conseguido derrotar policialmente a ETA», proclamó la epístola. Sin embargo, «en 2024, sigue habiendo legitimación del terrorismo», a través de los centenares de homenajes a terroristas condenados que se realizan en País Vasco y Navarra, unos hechos que refuerzan la «impunidad». Además, centenares de crímenes permanecen sin esclarecer y las marcas políticas más próximas al mundo abertzale «siguen sin condenar» el dolor provocado.