Con la caída de las luces del día, las millones de bombillas que iluminan la ciudad de Toledo, comenzaron a desprender una singular magia en una tarde invernal especial.
Tarde de frío y lluvia que anunciaba, de manera peculiar, la llegada majestuosa de los Pajes Reales.
Niños, niñas, adultos... aguardaban con expectación la llegada de los mensajeros de la Navidad.
¡Queridos Reyes Magos, este año he sido bueno...!Sus vestimentas resplandecientes, sus gorros adornados, hacía de los Pajes una elegancia que solo la mística podía conferir. En una mano portaban las bolsas llenas de dulces, la otra, aguardaba con expectación la entrega de las cartas de los niños y niñas escritas con sus peticiones. Los mensajes de los más pequeños de Toledo.
Bajo el túnel de luces del puente de San Martín y el puente de Alcántara, la ilusión en las caras de los más pequeños iba creciendo, convirtiéndose en un escenario donde la esperanza y la ilusión se entrelazaban.
Los niños y niñas, con sus cartas perfectamente redactadas y adornadas, se acercaban con timidez y emoción a entregar sus deseos a los Pajes. Nervios, risas e incluso, alguno algún pequeño que necesitó de sus familiares para hacer llegar la carta de los Pajes por su vergüenza.
¡Queridos Reyes Magos, este año he sido bueno...!Las inocentes miradas estaban llenas de sueños, atónitos de ver tan de cerca la corte real. Una mirada de complicidad con los ayudantes de los Reyes Magos para que sus corazones se aceleraran incontroladamente.
Con los villancicos de fondo, el olor a churros con chocolate en el ambiente, fueron uno a uno recogiendo las cartas de todos los niños y niñas presentes. Cada una contenía la petición más exquisita a Melchor, Gaspar o Baltasar. Muñecas, juegos de mesa, coches, videojuegos... la lista es larga y el tiempo se agota, por lo que estas últimas horas se presentan cruciales para sus Majestades de Oriente.
Los Pajes Reales, recibidos por el concejal de Promoción Económica y Empleo, Juan María Marín, iluminaron con su magia la previa de una noche en la que muy pocos quieren dormir y en la que despertarse se convierte en una alegría inmensa. Los Reyes Magos ya tienen sus cartas, los regalos esperan, e importante, dejarles galletas y leche para reponer fuerzas.