Quero juguetea con los 1.000 empadronados. Se trata de un pequeño pueblo de La Mancha toledana que aparece poco en las páginas de sucesos. Pero la sección primera de la Audiencia Provincial celebra mañana un juicio, desde las 10 de la mañana, con esta localidad como núcleo de los hechos ocurridos el 9 de julio de 2019.

Concretamente, a las 00:10 de la noche. La Fiscalía acusa a dos individuos por un grave altercado entre ellos. Uno, identificado por las iniciales D. S. R., se acercó a la casa de F. V. R. para pedirle explicaciones por unos daños en su coche. El morador salió inmediatamente con un hacha de cocina: 'Te voy matar'. Se lo lanzó. Minutos después, las amenazas se recrudecerían tras el incendio de su vivienda: 'Esto no se va a quedar así, agente. Le voy a quemar vivo. El día menos pensado, voy a coger un cuchillo y lo voy a degollar. Esto no va a quedar así".

Ese agente era un miembro de la Guardia Civil que acudió al domicilio porque D. S. R. regresó después de irse en primera instancia de las inmediaciones tras el lanzamiento del hacha de cocina. A la vuelta, según la Fiscalía, saltó una valla, hizo un agujero en el techo de uralita de la casa de F. V. R. y lanzó una garrafa de gasolina, a la que prendió fuego.

F. V. R. reclama 13.964 euros por los daños en la vivienda. Además, sufrió quemaduras en los dedos, en el talón y en la planta del pie izquierdo.

Al día siguiente, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Quintanar de la Orden acordó sendas órdenes de alejamiento para ambos.

La Fiscalía acusa al morador de la vivienda de un delito de amenazas y pide un año y seis meses de prisión. Para el otro, D. S. R., la petición se eleva a 11 años de cárcel por un delito de incendio y una pena de dos meses de multa por un delito leve de lesiones. Asimismo, propone imponer a D. S. R. el pago de una indemnización de 13.964 euros.