Sol sonríe y sonríe. Y contagia a cualquiera su carácter risueño. La sonrisa permanece, y no se borra, cuando explica su caudaloso vínculo con Gema Canales, una menor con parálisis cerebral y ausencia del lenguaje oral. Esta vecina de Olías del Rey ejerce como maestra de su paisana desde hace 11 años; comenzó por causalidad cuando la alumna era una niña.
Sol, maestra de Educación Especial en Madrid, y Gema, una niña de cinco años por entonces, se encontraron un día por el pueblo. La profesora centró altruistamente su faceta docente hacia una atención exclusiva a la pequeña. «Y hemos hecho historia. Hay una absoluta comunión entre las dos. Yo ya era maestra, pero hasta que no conocí a Gema no encontré el motivo», detalla.
«Somos refraneras y palabroteras. Nos encanta el charloteo. Tengo mucho que ver en el desarrollo de su personalidad; sin duda, ella en el mío, también», suelta con desparpajo esta extremeña de 39 años sobre su vínculo con Gema, después de recibir ayer al presidente de la Junta, Emiliano García-Page, en una visita a 'La fábrica de las palabras' y a la Fundación Gema Canales, creada hace ahora un año.
Incluso Sol viajó por voluntad propia a Estados Unidos para estudiar esta especialidad tecnológica y aplicar sus conocimientos en los estudios de Gema. «Las dos estábamos investigando hasta dónde podríamos llegar; yo como maestra y ella como alumna», precisa.
Sol Solís ha enseñado a Gema a gobernar la tecnología con el uso de su mirada. Así, la menor de 16 años ha aprendido a leer y a escribir. «Y a convertirse en una joven activista por los derechos», apostilla. La alumna figura como «un referente, un símbolo» en España por ser la primera joven que domina este avance, tal y como demostró durante su paso victorioso por la educación obligatoria.
«No hay una historia igual en nuestro país», asegura la maestra, quien creó en su honor esta fundación en Olías del Rey. «Para que sea su futuro», subraya sobre un centro regado también de voluntarios. Gema sabe bien cómo motivar e inspirar a otros jóvenes con discapacidad a superar los obstáculos.
La alcaldesa, Charo Navas, subrayó que la fundación demuestra el trabajo de la Corporación local por la inclusión. «Gema tenía que venir al colegio con dificultades para hacer sus traslados. Es una inspiración», señaló en referencia a esa etapa de la menor en Primaria.
Ahora mismo, Gema, Sol y el resto de compañeros atienden al año en 'La fábrica de las palabras' a unos 300 usuarios de tecnología de apoyo, también virtualmente a estudiantes hispanoamericanos. Todos con ausencia de lenguaje oral. Necesitan un apoyo puntero para compensar. «Y así descubrir la maravillosa persona que hay dentro. No poder hablar no significa que no tengan nada que decir», explica.