Cerezos del Japón en los jardines del Museo del Ejército

Arx Toletum
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En los jardines del Museo del Ejército llaman la atención seis cerezos algunos de ellos con placas conmemorativas con caligrafía japonesa a sus pies. Pero, ¿qué hacen cerezos japoneses en estos jardines?

Cerezos del Japón en los jardines del Museo del Ejército

En los jardines del Museo del Ejército llaman la atención seis cerezos algunos de ellos con placas conmemorativas con caligrafía japonesa a sus pies. Pero, ¿qué hacen cerezos japoneses en estos jardines? La primera placa es la clave y reza así: «Misión Cultural de la Princesa Sakuya Ten-Chi-Jin & Ufo Furusawa. Toledo, 22 de junio de 2014».

¿La pregunta es porqué en este museo y porqué plantar en sus jardines cerezos traídos expresamente del Japón? Este obsequio sólo puede entenderse dentro del marco cultural del lejano oriente y de la tradición japonesa.

En 2011, el Museo del Ejército colaboró con la Embajada de Japón en España, la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Casa Asia en una «Jornada Cultural Solidaria con Japón». En esa ocasión, se realizaron demostraciones marciales, se interpretaron canciones tradicionales japonesas, llaman la atención objetos de la cultura japonesa del museo, como muestra de agradecimiento al apoyo y solidaridad que la ciudad de Toledo mostró a la población japonesa tras el devastador terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011. 

Esta acción no cayó en el olvido y dado que en el año 2014 se conmemoraba el IV Centenario del inicio de las relaciones entre España y Japón; que se remontan a 1613, cuando un tsunami asoló las costas japonesas y el señor feudal de Sendai, Date Masamune, envió una embajada encabezada por el samurái Hasekura Tsunenaga, buscando el apoyo del rey Felipe III para la recuperación de las zonas devastadas; la «Misión Cultural de la Princesa Sakuya» eligió Toledo y el marco del Museo del Ejército  para agasajar  a la ciudad con un concierto de su música clásica, su canto, su danza, y donar otro elemento importante de su cultura, el cerezo.  

La Princesa Sakuya es la diosa del Monte Fuji y de todos los volcanes, y se asocia a la flor del cerezo (Sakura), que simboliza la belleza y transitoriedad de la vida. «Ten Chi Jin» representa la interconexión de tres elementos: cielo, tierra y hombre. Es un grupo que interpreta música y realiza actuaciones dramáticas con instrumentos tradicionales como el shamisen y los tambores taiko. Ufo Furusawa, por su parte, es una bailarina japonesa especializada en el arte del Jiutami, una danza tradicional japonesa conocida por su refinamiento y sensualidad femenina, que combina la danza con la música clásica del Japón. España no podía quedar relegada en estas relaciones centenarias y así  José Manuel Cañizares aportaría su maestría con la guitarra flamenca.

La flor del cerezo era el emblema del samurái, pues el guerrero aspiraba a morir en su máximo esplendor, en la guerra, en lugar de marchitarse en la vejez. La flor del cerezo no se marchita; cae del árbol cuando ofrece toda su belleza, arrastrada por el suave soplo del viento. Contemplemos estos cerezos como un homenaje a aquellos japoneses que, a partir de 2011, ya no pudieron realizar el Sakura, contemplar los cerezos en flor. Dejemos que estos cerezos, a la sombra del Alcázar toledano, contemplen la belleza del valle del Tajo y la transitoriedad de la vida.