La sala capitular del Ayuntamiento de Toledo acogió la presentación de Plazas de Toledo, una obra elaborada por el guía turístico Alberto López que estrena su segunda edición y recorre el Casco histórico a través de casi medio centenar de plazas. La de San Román, uno de los puntos más elevados del barrio histórico, protagoniza la portada de un ensayo que prologa el alcalde Carlos Velázquez.
López transita por la ciudad patrimonial a través de sus cruces de caminos, un paseo que acerca tanto a sus gentes como a los conventos, iglesias o palacios que se levantan junto a ellos. «En una ciudad medieval, de trazado de calles estrechas, las plazas son como pequeños oasis», asegura el autor de la obra, quien subraya el «choque» que también para los grupos de turistas con los que trabaja cada día supone la contraposición de la angostura de las vías de tránsito con la apertura que ofrecen las plazas. Además, el libro subraya la condición de «testigo» que han disfrutado lugares tan emblemáticos como Zocodover.
El homenaje que López brinda a las plazas complementa, de alguna manera, algunos trabajos previos elaborados por otros investigadores. El guía recuerda que Julio Porres recuperó la memoria de tantas calles célebres de la ciudad y que también se han publicado diferentes estudios sobre los barrios tanto del Toledo viejo como de las posteriores expansiones. Las plazas, sin embargo, no habían disfrutado de un espacio propio hasta la aparición de tal obra.
El autor alude a las plazas de San Román, Santo Domingo el Real, Santo Domingo el Antiguo y Ayuntamiento como sus predilectas. La última, «la de los tres poderes», incluye la presencia de la catedral primada, uno de los grandes iconos «y el monumento que más me gusta de Toledo».
El «interés» de López por Toledo cristaliza en una obra autoeditada junto a Círculo Rojo y que pasea por la historia de la ciudad con parada en sus ágoras más importantes.
En la presentación del libro participaron, además del autor, la guía Laura García y el propio Carlos Velázquez. El alcalde, prologuista de la segunda edición, aplaudió un texto que permite a cada lector recorrer su propia historia personal a través de sus recuerdos en cada plaza y animó a López a ampliar, en futuras revisiones de su trabajo, el número de espacios a incluir.
El primer edil citó el caso de la plaza de la Virgen Chica, sita en el barrio de Santa Bárbara, un lugar de «partidos de fútbol, gamberradas y aprendizaje» durante su infancia. Velázquez recordó que tales puntos son parte de la vida diaria de los ciudadanos y evocan las «leyendas» de cada uno.