¡Carnaval carnaval carnaval te quiero Lalalaralalala bailaremos sin parar en el muuuuundo enteroooooo! Ponga el lector la canción de Georgie Dann, el autor de Casatschok y La Barbacoa, y cambien solo la palabra carnaval por la de Puigdemont, y le saldrá el himno perfecto para después de la amnistía.
Por mucho que quiera Illa, por mucho que estén soñando los socialistas catalanes en tocar pelo y repartirse la tarta catalana, al final saldrá Puigdemont con su cuadrilla. Hay que recordar que este hombre con cara de atontolinao, con ese flequillo que ya no se lleva ni en los mangos de los paraguas, y con ese hablar medio tartamudo que nadie entiende lo que quiere decir, se lo ha ganado a pulso.
Ahora solo le falta entrar en España a porta gayola, esperando hacer una faena para que lo saquen a hombros los del sector B del PSOE, y por la puerta grande.
Las elecciones Europeas son lo que son y dan lo que dan, y en éstas a Puigdemont lo ha cogido el toro y le ha dado un buen revolcón, porque frente a los más de 20 escaños del PP y del PSOE, Junts ha sacado solo 1 escaño. Pero no importa, tiene en su mano la muleta y el estoque y ha dado una lección al Parlamento Catalán en el que los socialistas no han sacado ni una barrera. ¡Qué digo! No solo no han sacado ni una barrera sino que los han mandado a todos a la andanada de sol. Allí a esperar a que se acabe la corrida donde puede cortar las dos orejas y el rabo un personaje que huía de la fiesta en el maletero de un coche.
Ya sin delito ni por rebelión, ni por sedición, ni por el desvío de los fondos procedentes de los impuestos de todos los españoles, Puigdemont tiene garantizado que no irá al "colegio" del uniforme de rayas como todos sus compañeros. Ya no necesitará ni el tercer grado, ni declarar ante el juez, ni nada de nada. Se ha salido con la suya con el tema de la amnistía y tiene trazas de salirse también con la suya y ser elegido presidente de la Generalitat.
Pero el carnaval va a durar más tiempo del que esperábamos todos los españoles.
Y va a durar, porque a pesar de haber conseguido que la justicia mire para otro lado con sus delitos, a pesar de que puede ser nombrado presidente de la Generalitat sin ningún problema gracias a los redactores de la ley de amnistía, ya ha anunciado que va a volver a repetir el referéndum. ¡Ole! Otra porta gayola porque no le ha visto las orejas al lobo en la primera.
Pero no todo es felicidad. Hay muchos españoles, quizá todos los de Vox, los del PP, la mayoría del PSOE y muchos comunistas, -que nunca han querido romper España-, que se van a sentir humillados, que se van a sentir traicionados porque cuando se cambian cromos, como ha sido el caso, uno da y el otro da; pero aquí no ha sido así: uno ha dado, y el otro se ha quedado con sus cromos y con los que tenía que darle al interlocutor. Luego dicen que la derecha sube en toda Europa. Por algo será.
Aquí los únicos alguaciles que se niegan a darle la oreja a Puigdemont de entre los socialistas han sido D. Javier Lamban, al que le han puesto una multa con un aviso, y nuestro presidente Sr. García-Page que unas veces torea con desparpajo desde el estribo y otras se mete en la barrera.