Escuela Rural de Garciotum exhibe su peso educativo desde 2015

EP
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Adscrito al Centro Rural Agrupado Tierras de Viriato, que reúne a seis escuelas rurales de la Sierra de San Vicente, la Escuela Rural de Garciotum arrancará el curso 2024-2025 con más alumnos, 34 matriculados, frente a los 30 del curso anterior

Escuela Rural De Garciotum. - Foto: EP

La pequeña Escuela Rural de Garciotum se prepara para el inicio de un nuevo curso con el objetivo de continuar el éxito que ha cosechado tanto en el ámbito educativo como en el impacto social que ha supuesto en este pequeño municipio toledano desde su reapertura en 2015.

Adscrito al Centro Rural Agrupado Tierras de Viriato, que reúne a seis escuelas rurales de la Sierra de San Vicente, la Escuela Rural de Garciotum arrancará el curso 2024-2025 con más alumnos, 34 matriculados, frente a los 30 del curso anterior, y con importantes incorporaciones como un nuevo aula y un comedor escolar.

La historia de este centro educativo, tal como cuenta a Europa Press el alcalde de Garciotum, David Palomares, es una historia de reivindicación y resistencia ante el riesgo de despoblación de una localidad gravemente amenazada por el fenómeno.

"El colegio nos lo cierran en 2012", explica el primer edil del municipio, relatando que históricamente había funcionado como centro independiente bajo el nombre de Colegio Santa María Magdalena. "Lo conseguimos reabrir en 2015, con cuatro niños", apunta.

Palomares destaca el impacto traumático que supuso para el municipio el cierre de la Escuela, más allá del ámbito educativo, afirmando que "el pueblo estaba muerto, en dos años y medio el pueblo estaba muerto. No se oían niños, no había alegría, familias enteras".

"En los dos años y medio que el colegio estuvo cerrado, nosotros perdimos alrededor de 40 empadronados", señala, planteando que desde su reapertura, Garciotum ha recuperado "60 habitantes".

Un éxito sobre el que Palomares reivindica la apuesta realizada desde el Consistorio, aportando "vivienda para las familias que se quisieran sumar al proyecto y el pago de los gastos escolares, tanto de libros como de material escolar". "Nosotros lo que pedimos es traer niños en edad escolar hasta los 12 años y nosotros les pagamos la casa, por así decirle, el alquiler de la casa", añade el primer edil.

Por este motivo, manifiesta su satisfacción ante el incremento de recursos para la Escuela, con la incorporación del comedor escolar. "Vamos a hacer un aula comedor y también un aula para si el colegio sigue creciendo y para que todos los niños se queden a comer y tengan también una alimentación que sea toda igual y equilibrada", destaca el alcalde.

Palomares también destaca el funcionamiento y el éxito de los CRA, apuntando que la posibilidad de operar junto a los centros de otros cinco municipios del entorno, "hace mucha hermandad entre los pueblos".

Funcionamiento del CRA.

Un éxito de funcionamiento que también destaca la directora del centro, Elena Cid de Rivera. "Funcionamos como un solo colegio, pero como si el pasillo fuese la carretera, con varios kilómetros de pasillo. De hecho, solo hay un equipo directivo, yo soy la directora del CRA, de las seis secciones, las seis localidades", plantea la directiva escolar, apuntando que en la actualidad cuenta con 32 profesores y 22 unidades educativas en total en los seis centros.

Así, el CRA Tierras de Viriato agrupa, junto a Garciotum, a centro de Castillo de Bayuela, Hinojosa, El Real de San Vicente, Cardiel de los Montes y Pelahustán.

La directora también pone en valor la relación entre el alumnado de los distintos centros adscritos al CRA, gracias a las actividades compartidas. "Este año hemos compartido carnaval, por ejemplo, en Pelaustán", apuntando que se procura que cada municipio acoja una actividad en conjunto, como El Día del Libro en Garciotum.

"Tenemos un proyecto muy bonito que se llama Tesoros de nuestras localidades, que es nuestro proyecto de innovación, que es un poco abrir los coles al pueblo", aclara Cid de Rivera.

En concreto, la Escuela de Garciotum cuenta con tres unidades educativas, una de infantil y dos unidades de primaria. Algo que implica que se trate de "clases compartidas, clases que se llaman multinivel", un factor que, lejos de ser una limitación, Cid de Rivera valora como un valor. "El alumnado aprende, los más pequeños de los mayores, los mayores la convivencia con los pequeños ayudándoles", afirma, agregando que "la escuela rural está ahora mismo a la altura o más, te puedo decir, que cualquier otro colegio de la urbe".

Un añadido que también pone en valor el claustro, como la profesora Teresa Jiménez, que destaca que "es un trato muy individual y muy personal". "Los niños al final van adquiriendo conocimientos de los demás y de hecho se utiliza mucho el trabajo cooperativo en las aulas, de manera que unos se ayudan a otros", afirma Jiménez.

La profesora también estima como un valor añadido la proximidad, más allá de los propios alumnos, con su entorno familiar. "Las familias también son cálidas, cercanas, puedes hablar con ellas en cualquier momento, no te pone ninguna traba y los niños son pues maravillosos", declara.

En la misma línea que Cid de Rivera, Teresa Jiménez reivindica el éxito y la calidad de la Escuela Rural, poniendo en valor la disposición de recursos como la disposición de conexión a internet o tecnologías como las tablet aplicadas al ámbito educativo.

"Cuando tienes un equipo directivo que te respalda, tienes un Ayuntamiento que también te está apoyando en todo lo que vayas a hacer y siempre hay un optimismo de decir, venga, nosotros os ayudamos, nosotros participamos, eso nos ayuda a nosotros y a los niños", celebra Jiménez.

Décimo aniversario.

A futuro, la Escuela Rural de Garciotum aspira a mantener el crecimiento y consolidarse como un modelo de éxito en pequeños municipios, con el hito a corto plazo de alcanzar su décimo aniversario.

"Tenemos intención de celebrarlo e intención de trabajarlo, sobre todo, con el alumnado", adelanta Cid de Rivera, que apunta a que el CRA, el municipio de Garciotum y la comunidad educativa tienen motivos para celebrarlo. "De ser un colegio cerrado y de ser un pueblo muerto, ha pasado a estar vivo", afirma la directora.