Pasada la Guerra Civil, son varias las editoriales zaragozanas que comienzan a copar el mercado de la postal en España. Empresas como Artigot, Arribas, CC-Zaragoza o García Garrabella, solo por nombrar las que más tarjetas publicaron de Toledo, hicieron de la capital maña el epicentro de la industria postal.
Una de estas editoriales fue García Garrabella (y Cía.). Se trata de una empresa dedicada principalmente a la fabricación de postales y fundada por Luis García Garrabella, nacido en San Juan de la Peña en 1907 y fallecido en Zaragoza en 1977. Luis García había trabajado como fotógrafo para la competencia, Ediciones Arribas, donde se inició en el mundo de la postal. A finales de 1939 y con su hermano José como socio, se instaló en Zaragoza ya como estudio García Garrabella. La empresa llegó a tener más de cuarenta operarios, y produjo gran cantidad de postales, folletos y libros de turismo. A partir de los años sesenta, comenzó a trabajar con imágenes en color, aunque su actividad se redujo al ámbito local a partir de los años noventa.
Dada la época, entre las postales de Toledo de García Garrabella el derruido Alcázar es el protagonista, aunque quizá no tanto como en sus vecinos CC-Zaragoza, por ejemplo. Aparece tanto en las fotografías propias de las ruinas, como en las muchas panorámicas, así como su interior. Además, los hermanos García Garrabella hicieron un pormenorizado y detallista recorrido por el resto de monumentos toledanos, donde quizás pesa más la cantidad que la calidad, aunque a veces con sorprendentes puntos de vista. Destacan incluso postales del Corpus.
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Sus postales toledanas salieron en varias ediciones, en su mayoría con borde dentado y en blanco y negro, aunque también las hay en color y borde liso. En el reverso, la descripción viene en castellano, inglés y francés. En lugar de la línea, la postal quedaba dividida en dos mitades por la impresión del nombre y la dirección de la editora en vertical.