El CD Cazalegas anunció esta semana la marcha del entrenador, Rubén Pulido, en una decisión de «mutuo acuerdo» entre las dos partes. De esta forma, el técnico pone fin a una trayectoria de dos temporadas al frente del primer equipo cazalegueño: «Me siento feliz por lo que hemos podido hacer estos dos años, así como por los éxitos que hemos conseguido», ha asegurado a este diario. Y, por supuesto, después de terminar la Liga y el 'play-off' de ascenso a Segunda Federación, «me siento descansado porque el año ha sido muy ajetreado y complicado».
Tomó las riendas del conjunto de Cazalegas en Primera Preferente y en su reunión entonces con el presidente, Iván Fernández, «hablamos de lo que queríamos hacer en un plazo de cuatro o cinco años y estábamos de acuerdo en las ideas que íbamos a desarrollar». Pero finalmente un proyecto que se iba a fraguar en casi un lustro, «se da en dos años, con lo que todo se acelera» después de un ascenso a Tercera Federación y la disputa de la lucha por subir a Segunda RFEF. «Ahora nos hemos vuelto a sentar y antes teníamos el mismo punto de vista, pero en este momento es distinto». Por tanto, «antes que uno de los dos salgamos malparado, lo mejor es cortar y que venga alguien que se adecue al ritmo del club».
Eso sí, reitera que «estoy orgulloso de lo que hemos elaborado y haberlo hecho solo en dos años». Admite que «me considero una persona muy competitiva y al final yo quería quedar primero, pero es verdad que los clubes deben tener su límite y su forma de ejecutar las cosas porque la precipitación te puede llevar a posibles problemas futuros».
El balance de su etapa es una eliminatoria de Copa del Rey ante la Real Sociedad, ascenso a Tercera Federación donde el equipo termina segundo y juega el 'play-off' a Segunda Federación. El secreto está en que «dije el primer día a los jugadores que tenían que confiar en ellos mismos, en lo que íbamos a proponer y en el proyecto». A pesar del éxito, no hay que olvidar que esta campaña «hemos tenido una serie de problemas que tampoco nos han dejado disfrutar hasta el último momento». Y es que en una plantilla ya de por sí corta, «no nos acompañó el tema de las lesiones, por lo que no pudimos seguir el ritmo que marcaba el Conquense, que ha hecho una temporada sensacional».
Entre los mensajes que ha recibido, ha querido destacar los enviados por los jugadores ya que «en todos venía algo muy especial y era que han aprendido muchísimo; fue lo que intenté desde el primer día».
No ha pensado en su futuro como entrenador hasta la reunión con el presidente del CD Cazalegas «en la que hemos decidido seguir distintos caminos». En cuanto al perfil de su posible equipo, apunta que «me gustaría tener un proyecto como el de estos dos años, es decir, donde pueda ejecutar mis ideas y elaborar el trabajo con tranquilidad». Busca una propuesta a medio plazo que «tenga recorrido y donde se pueda crecer a nivel futbolístico y de club». Precisamente se halla en este momento «encontrando un sitio así»; pero si no llega, «no pasa nada porque seguiré trabajando como me ha pasado otros años desde que dejé de jugar al fútbol».
Recuerda su paso por el CF Talavera en dos etapas, en ambas como segundo entrenador, en primer lugar de Fran Alcoy y después de Manuel Mosquera. Asegura que «no soy persona de llamar a las puertas y todo se dio porque cuando vinieron, sí me interesó».