El Centro de la Mujer de Talavera tramita este año como nuevos 121 expedientes relacionados con violencia de género, uno más que el año pasado por estas mismas fechas, reflejo evidente de que la violencia de género sigue avanzando a pesar de las políticas negacionistas que intentan silenciarlas. Las estadísticas del centro, recurso municipal de referencia que canaliza la ayuda a las mujeres en la ciudad, se mantienen similares a las recogidas en 2023, después de la subida experimentada tras la pandemia.
Los nuevos expedientes agrupan situaciones de violencia machista en el ámbito de la orientación jurídica, psicológica o social, entre los que se engloba no solo violencia física sino también psicológica, o la que afecta a los menores, víctimas directas o indirectas del maltrato. Así lo explica a este diario Javier Cuadrado, Jefe de servicio y abogado del Centro de la Mujer ubicado en el centro social Castilla-La Mancha.
En cuanto a las consultas realizadas a los profesionales del Centro de la Mujer, han sido un total de 1.207 hasta el pasado 15 de noviembre, de un total de 326 usuarias, con cuestiones jurídicas, separaciones o divorcios, entre otras, siempre con la violencia machista como fondo. En este caso desciende el número de consultas, que el año pasado pasó de las 1.400, pero aumentan las usuarias, aunque de forma muy ligera, con ocho mujeres más.
También se gestionan desde aquí las órdenes de protección aprobadas en el juzgado, siendo nuevas este año un total de 51. En este caso sí son menos que en el año anterior, cuando en esta fecha se registraron 74, un 20 por ciento más que el año inmediatamente anterior. El trabajo del centro en este caso se basa en el seguimiento de estas órdenes, asegurándose de que todo se realiza según lo establecido. Además, se pueden tramitar ayudas puntuales, económicas o de alquiler, entre otras, dependiendo de la necesidad y situación de cada mujer.
Otro de los servicios que ofrece el Centro de la Mujer en materia de violencia machista es el programa de teleasistencia. En este caso, las peticiones para poder contar con la teleasistencia, programa donde a través de Cruz Roja las víctimas pueden pedir ayuda de policía o asistencia psicológica apretando un botón, se queda en 13, siete menos que las recibidas en 2023, cuando llegaron a la veintena. Cuadrado explica que este dispositivo, de carácter gratuito, se ofrece a mujeres siempre que tengan orden de protección y no convivan con el agresor.
Aunque no se ha hace público el número de denuncias de violencia hacia la mujer que se tramitan en la ciudad, ya sea en la comisaría o el juzgado, suele aproximarse cada año al número de expedientes abiertos en el Centro de la Mujer.
Actualmente, existen alrededor de 500 expedientes abiertos relacionados con alguna de las manifestaciones en las que se expone la violencia de género, gestiones que no se limitan únicamente al presente año y donde se trabaja con las diferentes necesidades que presentan las víctimas, así como los menores, que en muchas ocasiones han presenciado «directamente o indirectamente» esa violencia. Para ellos, indicó el abogado del Centro de la Mujer, cuentan con un programa de atención psicológica.
La evolución de las cifras tramitadas en el Centro de la Mujer de la calle Segurilla se puede analizar de dos maneras diferentes: crecen porque hay más violencia de género o, por el contrario, porque hay una mayor concienciación al respecto y se denuncia más. Cuadrado considera que es más lo segundo, y aunque tacha de «frías» las cifras, asegura que existe más conciencia sobre una problemática que es una de las mayores lacras sociales de la actualidad, que elCentro de la Mujer y los derechos que tiene cada víctima están más extendidos.
La violencia hacia las mujeres no tiene un perfil concreto, afecta a todas las edades, a todos los estamentos sociales y formación académica, aunque en el caso de Talavera, y teniendo en cuenta los expedientes abiertos, se puede dibujar uno o mejor, desdibujar el establecido. Cuadrado indica que ya no son mujeres de entre 35 y 45 años con estudios básicos, normalmente casadas y con uno o dos hijos, sino que es especialmente preocupante que cada vez sean más jóvenes las mujeres que sufren violencia de género. La media ahora es que sean de menos edad, con formación hasta Bachillerato y manteniendo el número de hijos.
La adolescencia y las creencias que se tienen a estas díficiles edades son significativas a la par que preocupantes. Muchas de ellas son conscientes de ello y denuncian, de ello el aumento de estos registros, pero otras muchas no se identifican como víctimas.
Este tipo de violencia se puede prevenir, pero para ello deben repensarse los roles y los estereotipos de género, así como muchos mitos sobre las relaciones. Por ello, es necesario ofrecer entre la infancia y la adolescencia modelos alternativos de relaciones libres de violencia y educación afectivo-sexual ligada al uso seguro y responsable de las tecnologías. La influencia de la pornografía y las redes sociales, además de la siempre presente cultura patriarcal, son un pilar a tumbar en esta nueva realidad.