Las rentas del trabajo y del capital de los toledanos representaron el principal aporte tributario de la provincia a las arcas del Estado. En 2022, los contribuyentes regaron con 1.076 millones el erario público a través de una parte de los emolumentos percibidos durante el ejercicio de 2021. Se trata de la cantidad más elevada registrada por la Agencia Tributaria en sus informes anuales. La cifra mejora la del ejercicio anterior en un 11,8% y supone casi el 55% de la tributación por este gravamen en el conjunto de Castilla-La Mancha.
Hacienda señala «al aumento de salarios y pensiones y de su tipo efectivo, los buenos resultados de la declaración anual de 2021 y el incremento de los beneficios de las empresas personales» como el sustento propiciatorio para una recaudación extraordinaria por IRPF en el conjunto del país y cuyo comportamiento expansivo también alcanzó la provincia de Toledo.
El IRPF es un impuesto que pagan las personas físicas y recae, según los casos, en el salario, la pensión, los ahorros, los productos financieros contratados y las rentas generadas por la venta o el alquiler de las propiedades inmobiliarias. Se trata de un tributo de carácter progresivo, lo que supone que el porcentaje de la renta que se paga por el IRPF es mayor en una persona que obtiene unos rendimientos más cuantiosos.
En el caso de Toledo, 1.020 millones correspondieron a las rentas del trabajo, 19 millones a las retenciones por arrendamiento, otros 12 a las retenciones sobre renta de capital mobiliario (son los intereses que generan las cuentas bancarias, bonos y obligaciones; también los dividendos de acciones y las plusvalías generadas por su venta), unos 53,4 millones de los pagos fraccionados (en los casos de aplazamiento que impliquen más de dos plazos, la Agencia Tributaria aplica un interés del 3,75%) y 9 millones más por liquidaciones practicadas por la Administración. En el ejercicio de 2021, Hacienda devolvió unos 38 millones de euros por las declaraciones de la renta realizadas por los residentes toledanos.
La campaña de la renta de 2022 se prolongará hasta el próximo 30 de junio. Las previsiones apuntan a un nuevo incremento de la recaudación por este gravamen en la provincia, un repunte añadido que tendría en la espiral inflacionaria, aún presente, y en las revisiones alcistas de salarios y pensiones sus causas.