La Guardia Civil ha desmantelado una red criminal que acumuló más de un centenar de hechos delictivos, robos con violencia en su mayor parte, y que tenía su base en la comarca de Torrijos. La operación Rantai-Denove, ejecutada en dos fases, se ha saldado con una docena de detenidos de nacionalidades española, cubana y colombiana, diez varones y dos mujeres, de los que cuatro permanecen en prisión. La banda operaba, principalmente, en la provincia de Toledo; además, sus integrantes realizaron actividades delictivas en las provincias de Madrid, Cáceres, Ciudad Real y Cuenca.
El coronel jefe de la comandancia de Toledo, Francisco Javier Vélez, destaca la importancia de la operación. Los investigadores señalan la «intensidad» con que actuaba este grupo organizado. «Durante dos meses, este tipo de robos con fuerza se produjeron a diario», indica Vélez, una circunstancia que generó una gran «alarma» en la comarca de Torrijos. Algún objetivo, incluso, llegó a acumular más de un intento de robo. La red acumuló hasta 109 delitos, un volumen anormal por cuantioso. El modus operandi incluía una «variedad» de formas de proceder, con mazas, tapas de alcantarilla o butrones, entre otros métodos.
La causa se instruye en Torrijos, cabeza judicial de la comarca. Las edades de los integrantes de la banda oscilan entre los 19 y los 47 años. La actividad criminal que se les imputa a los supuestos autores comenzó en diciembre de 2023. Los detenidos en la primera fase de la operación fueron localizados en los municipios de Torrijos, Escalona y Hormigos; en la segunda fase, las capturas se produjeron en Torrijos y El Casar de Escalona.
El atraco a una sucursal bancaria en El Casar de Escalona, el 23 de enero, considerado como el final de la primera fase de la operación policial, supuso «un salto cualitativo» para el grupo, asegura Vélez. Aquel asalto, en el que los atacantes emplearon armas cortas de fuego, se produjo a plena luz de día y se saldó con el robo de 11.128 euros en efectivo.
La delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, apunta a «estancos, bares y restaurantes» como principales establecimientos afectados por las acciones de la banda desarticulada. Además, detalla entre los golpes más importantes, el asalto a una empresa cárnica con la sustracción de mercancías por un valor estimado superior a los 100.000 euros o el robo a una óptica con pérdidas para el comercio de unos 20.000 euros en gafas. Entre los efectos aprehendidos hay un rifle, dos armas cortas, tres escopetas, diez vehículos de alta gama, material para la falsificación de matrículas o más de 300 plantas de cannabis.
Además de robo con violencia, los investigadores apuntan los delitos de falsificación, encubrimiento, tenencia ilícita de armas, delito contra la salud pública y pertencia a organización criminal. El juzgado de Torrijos deberá confirmar la existencia de estos tipos criminales.
Pese a la magnitud de la operación y la persistencia delictiva mostrada por esta red, Tolón proclama que «Toledo es una provincia segura, Castilla-La Mancha es una región segura y España es uno de los países más seguros del mundo».
DETALLES. La espiral delictiva se inició tras sendos robos en dos estancos de Polán y La Puebla de Montalbán (Toledo), y el atraco con intimidación en una droguería emplazada en la localidad sagreña de Pantoja. Los primeros detenidos por estos hechos y el asalto a la oficina bancaria se vincularon, tras ser puestos en libertad, a un grupo « más especializado y organizado, que disponía de buenas infraestructuras y red de contactos», explican desde la Benemérita. A esta banda ampliada se le atribuyen casi medio centenar de robos que cometían con una periodicidad casi diaria.