La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos celebradas el pasado martes resucita el fantasma de los aranceles para el sector exportador. El candidato republicano, que afrontará su segundo mandato a partir del próximo enero, anunció durante la campaña electoral su intención de instalar un impuesto de entre el 10 y el 20% a todas las importaciones. Durante su primera etapa, el republicano aplicó un impuesto extra de hasta el 25% en productos como el vino, la aceituna o el queso, tres de las principales referencias de la despensa toledana.
Más allá de las intenciones proteccionistas del presidente electo, cabe reseñar la buena marcha de las exportaciones desde la provincia hacia Estados Unidos entre 2017 y 2020, su primera etapa en la Casa Blanca. En aquellos cuatro años, las empresas de Toledo facturaron por valor de 283,6 millones de euros. En los cuatro años anteriores, bajo la presidencia de Barack Obama, las ventas hacia la primera economía mundial alcanzaron un valor de 142,2 millones. Entre ambos mandatos, el valor de las mercancías vendidas se multiplicó por dos.
El empuje exportador hacia Estados Unidos se relaciona con el mayor interés de las empresas locales por los mercados extranjeros. La apertura comercial hacia terceros países se convirtió en uno de los pilares de la recuperación de la actividad tras la gran recesión de 2008. Por tanto, el crecimiento visto respecto al mercado estadounidense se antoja similar al registrado en otros países. Sin embargo, la tendencia favorable que este indicador mostró durante el primer mandato de Trump limita los efectos de los aranceles. En 2017, las ventas ascendieron a 70 millones; en 2019, fueron de 76,3 millones. El volumen del negocio cayó en 2020, aunque el parón del comercio global por las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia se adivina como la causa de tal reducción.
La buena tendencia en la relación comercial entre la provincia y Estados Unidos durante la década pasada se ha reforzado en los cuatro años de presidencia de Joe Biden. Desde 2021 hasta agosto de 2024, último mes del que se ofrecen datos, las ventas han ascendido hasta los 334,9 millones. En 2022, el año del récord exportador para la provincia (se expidieron bienes y servicios por valor de 2.860 millones), las ventas alcanzaron los 90,5 millones, el valor más alto de la serie histórica en este mercado. En los ocho primeros meses del año actual, el negocio equivale a 81,4 millones, una cifra que augura un nuevo récord.
El comercio anual con el país norteamericano se ha disparado en la última década. Las empresas toledanas exportaron en 2014 por valor de 27,8 millones de euros; el pasado año, se acumularon 89,5 millones, casi cuatro veces más. El decenio largo que comprende el segundo mandato de Obama, el primero de Trump y el de Biden arrojan una factura de 760,7 millones en ventas. Además, la evolución de este indicador muestra una tendencia expansiva y confirma la solidez del negocio, una base que los aranceles anunciados amenaza.
¿QUÉ VENDE TOLEDO EN EEUU? Los productos de alimentación y bebidas son el principal capítulo exportador de la provincia en Estados Unidos. Durante la primera Administración Trump, se exportaron comestibles por valor de 143 millones, casi la mitad del volumen comercial. Sin embargo, en 2017 se facturaron 43 millones por estas referencias, frente a los 31 de 2019. Esta reducción puede achacarse a los efectos de la política intervencionista que pretendía favorecer a los productores oriundos.
Dentro del ámbito agroalimentario, los lácteos y los aceites suponen los dos principales bienes en esta relación transatlántica. El impacto de los aranceles castigó de forma significativa a los óleos. En 2017, se acumularon ventas por valor de 21,2 millones en estos alimentos; dos años después, fueron apenas 8,9 millones.
También resulta cuantioso el aporte de las semimanufacturas al comercio exterior con Estados Unidos. Este insumo industrial supuso 23,3 millones de factura en 2019.
BALANZA DESFAVORABLE. Entre 2013 y agosto de 2024, la provincia de Toledo ha adquirido bienes procedentes de Estados Unidos por valor de 890 millones de euros. Se trata de una cantidad superior a la de las ventas, un comportamiento habitual en la relación comercial de las empresas toledanas con el resto del mundo.