El caudal del río Tajo baja de forma sostenida, aunque todavía lenta. Las tres estaciones de aforo que se encuentran activas en Talavera, después de que Vistillas se quedara fuera de servicio hace más de una semana, se mantienen de pleno en nivel rojo, que marca el peligro de desbordamiento del río. No obstante, los datos se alejan mucho del pico de la crecida, registrado entre el sábado y el domingo pasados, cuando los 1.400 metros cúbicos por segundo (m3/s) que llegó a llevar el río se llevaron por delante dos tramos del Puente Viejo.
Según el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Tajo, los puntos del Tejar, Palomarejo y La Milagrosa están todavía lejos de recuperar la normalidad. El primero mantiene una cota de 5,3 metros, cuando la normalidad está fijada por debajo de 1,9 metros. Palomarejo, a la altura del puente atirantado, marcaba en la tarde de ayer un caudal de 923 m3/s, tres veces por encima del umbral de la normalidad, que habitualmente no se alcanza, y La Milagrosa, en el entorno de Patrocinio, registraba 694 m3/s, muy por encima de los 500 que marcan el nivel rojo.
Son tres de las siete estaciones de aforo de Castilla-La Mancha que siguen superando el umbral de aviso rojo, casi la mitad que este martes, cuando trece estaciones de aforo estaban por encima de este límite. En toda la cuenca, un total de doce estaciones de aforo superan el umbral de aviso rojo, que se refiere a situaciones hidrológicas muy peligrosas con probable inundación de zonas habitadas y cortes de vías de comunicación importantes siendo recomendable reforzar las medidas de protección y los bienes expuestos, según ha explicado la CHT en una nota de prensa.
Lo peor de la crecida ha pasado, pero se mantiene la preocupación porque el aumento de temperaturas va a provocar deshielos en cumbres que han tenido este invierno fuertes nevadas. Unos deshielos que volverán a aportar agua a los ríos y hacia los que se mira con inquietud, como advertía ayer la consejera portavoz, Esther Padilla, según la cual Castilla-La Mancha continúa en situación de alerta y «vigilante» de la situación, con especial preocupación por un deshielo que pueda aumentar nuevamente los caudales, que ya están muy altos en ríos como el Tajo. Reconocía que en varios puntos se sigue «con tranquilidad pero con preocupación», según informa Europa Press.
Un dato de la mejoría de la situación es que la Unidad Militar de Emergencia decidiera ayer comenzar a desmontar la barrera de contención que se levantó en torno al Hospital Nacional de Parapléjicos, por temor a una inundación del Tajo que no se llevó a producir.
Por último, ha mostrado su satisfacción por el compromiso del Gobierno de España de colaborar en la reconstrucción del puente viejo de Talavera y considera una «buena noticia» que haya aprobado una ayuda para su recuperación.
Un total de diecinueve presas de la CHT continúan desembalsando «significativamente», entre las que se encuentran San Juan a 140 m3/s; Picadas, a 140 m3/s; Cazalegas, a 230 m3/s; Castrejón, a 580 m3/s; y Navalcán, a 13 m3/s.
La CHT ha indicado que, en general, se ha dado en las últimas horas una tendencia descendente generalizada en los caudales desembalsados, si bien se mantienen los alivios con el objetivo obtener el «óptimo resguardo» en previsión de los caudales que puedan aportar los episodios de deshielo de la nieve acumulada.