El recién estrenado alcalde de Toledo, el 'popular' Carlos Velázquez, ha sido el encargado de leer el manifiesto de la primera concentración mensual en la Vega contra la violencia de género. Al acto, con más asistencia de lo acostumbrado, acudieron también concejales del PSOEe IU, así como representantes de Ciudadanos, pero no hubo representantes de Vox, formación socia del Gobierno. Allí Velázquez pidió «unidad»y «educación» para combatir esta lacra «contra una lacra en la que todos estamos de acuerdo en que hay que seguir trabajando, y que no haya una sola víctima más mujer, a manos de su pareja o expareja».
Tras un mes con dos nuevas víctimas, 24 en lo que va de año, Velázquez insistió en la idea de la educación. Porque, explicó, «creo que hay que dar pasos decididos en materia educativa para erradicar todos los tipos de violencia, y hoy tenemos que recordar la violencia contra la mujer, que se produce muchas veces dentro de los hogares». Se trata, apuntó, de «una violencia muy difícil de combatir, como estamos viendo, pero solamente con la unidad de todos podremos acabar con ella, y fundamentalmente utilizando el recurso de la educación». A su juicio, la erradicación de esta violencia debe formar parte de los itinerarios curriculares, «somos una sociedad avanzada y para serlo y poder demostrarlo, tenemos que acabar de una vez por todas con la violencia».
El manifiesto. «Como cada primer martes del mes, nos unimos, a una sola voz, para decir ¡basta!, para condenar la violencia en todas y cada una de sus manifestaciones; t, muy especialmente, para mostrar nuestro compromiso y apoyo a todas las mujeres que sufren cada día la violencia de género», comenzó el manifiesto del alcalde.
Velázquez: educación y unidad contra la violencia de géneroTras expresar la «condena más unánime y firme» a los últimos asesinatos, Velázquez se comprometió a «no cesar en la lucha hasta que las cifras se hayan reducido por completo».
Para el dirigente 'popular', «la violencia, en cualquiera de sus formas, es un retroceso, y nos impide avanzar hacia una sociedad más libre e igualitaria». A su juicio, «de nada sirven los eslóganes y las pancartas si detrás no hay hechos, no hay una mano tendida que les apoye. De nada sirve gritar muy fuerte si esas palabras no son capaces de llegar a lo más profundo del ser humano. A veces, también es imprescindible escuchar, meterse en la piel de las personas que son víctimas de la violencia y ayudarles a dar ese paso tan necesario».
Las instituciones deben ser «una mano tendida, pero nunca inmóvil. Debemos ser una parte activa para llegar hasta cada hogar en el que haya una sola persona víctima de violencia de género. Y defenderlas, con leyes en las que primero sea la defensa de las víctimas frente a sus agresores».
Velázquez: educación y unidad contra la violencia de géneroVelázquez insistió en la necesidad de «una legislación justa, que evite ese miedo y dé seguridad». De igual modo, pidió «ahondar en la prevención, en inculcar a los niños el respeto y la igualdad desde su infancia. Pues no importa la raza, el color, ni tampoco el sexo de cada persona. Todos debemos tener las mismas oportunidades. La educación desde la base, tanto en la familia como en la escuela, es el primer paso para terminar con la violencia en todas sus formas. Es necesaria una educación en valores, que forme a la persona en principios, basada en el respeto y la tolerancia».
Finalmente, Velázquez se refirió a la situación de las mujeres con discapacidad, que sufren más violencia, y la de aquellas mujeres que viven en países donde aún sus derechos no se han desarrollado, donde la condición de mujer se infravalora. De ahí que «España debe tomar un papel activo y de cooperación internacional para proteger los derechos, especialmente en países como Afganistán, todo ello sin olvidarnos de la vecina Ucrania».
«Unamos esfuerzos, desde el consenso, desde el respeto, desde el deseo de avanzar. Es mucho lo que hemos conseguido, pero aún queda mucho camino por andar. Y juntos, sin duda, estamos más cerca de lograrlo», concluyó Velázquez.