La Administración estadounidense  ha solicitado a España, Francia e Italia la posibilidad de utilizar uno de sus puertos en el Mediterráneo -en el caso patrio podría ser la base de Rota- para descargar residuos químicos del arsenal sirio, según avanzaron ayer fuentes diplomáticas nacionales. 

«Lo único que necesitan es un lugar donde descargar los residuos ya tratados», agregaron. «Están buscando un puerto en el Mediterráneo para tratarlos. Han pedido autorización a España, Francia e Italia para disponer de sus instalaciones», indicaron. 

El Gobierno de Barack Obama está equipando su buque MV Cape Ray con el sistema de hidrólisis desplegable de campo para neutralizar los componentes utilizados para la fabricación de armas químicas a fin de destruir en el mar parte del arsenal químico. 

Las armas «ya están destruidas», pero faltan por tratar aproximadamente unas 15 toneladas de agentes químicos como el gas mostaza y el gas sarín que «quemarían» los americanos en el buque especializado en alta mar en el Mediterráneo, según agregaron las mismas fuentes. 

Dichos residuos quemados necesitarían trasladarse «a otro buque para que lo lleve a un puerto, donde sean tratados como residuos sólidos urbanos o químicos normales» y algo que podría realizar alguna de las empresas europeas que se han ofrecido, entre ellas una de Tarragona. 

«La operación más sensible es el traslado del material, por si se caen al mar. El tratamiento en sí posterior de los residuos ya tratados por los americanos no es problemático. Hay 35 empresas europeas que se han prestado, incluida una de Tarragona. El tratamiento de residuos químicos, que ya no son peligrosos, eso lo hace cualquier empresa», aclararon las fuentes. 

Por otro lado, en el marco de la guerra civil en Siria fue empleado en cinco ocasiones gas venenoso, incluso masivamente contra mujeres y niños, de acuerdo con un informe de Naciones Unidas, que, si bien confirma la muerte con material prohibido, calla sobre los responsables de estas acciones, ya que los expertos no son capaces de determinar si fue utilizado por los rebeldes o por el régimen. 

Según el texto, hay indicios claros de que en agosto varias localidades fueron atacadas con gas nervioso sarín. El 21 de ese mes, se disparó dicho material en Ghouta, cerca de Damasco, que fue, precisamente, el desencadenante de la presión internacional que provocó el desarme por parte del Ejército sirio. En dicho bombardeo murieron unas 1.400 personas.

La ONU no tiene dudas de otras cuatro ofensivas similares, mientras estudia otros dos ataques calificados de «menores».