Teodora se casó en Lima con 15 años recién cumplidos. Enseguida, en ese mismo año 1995, llegó el primogénito. Más adelante, la familia aumentó. Otros dos hijos más para el matrimonio. Tiempo después, la pareja convivía, ya divorciada, en una casa de su propiedad en Mascaraque con el benjamín y con otros familiares. Teodora quería abandonar la casa, pero su exesposo, identificado por las iniciales J. C. R. F., se oponía. Más bravamente aún por la relación sentimental de su ex con un compañero de trabajo. En una vorágine de discusiones arrastradas desde meses atrás, el hombre violó y mató supuestamente a la víctima.
Así lo sostiene la Fiscalía en el escrito de acusación que fundamenta el juicio previsto desde el próximo lunes en la Audiencia Provincial. El ministerio público pide prisión permanente revisable contra el exmarido por asesinato como subsiguiente al delito de violación; además, solicita 15 años de prisión por el delito de agresión sexual.
La Fiscalía detalla que el hombre llevó ese 4 de abril de 2022 a su expareja a su lugar de trabajo, una cafetería en una estación de servicio de la Autovía de los Viñedos, también en Mascaraque. Teodora había explicado al hombre que empezaba la jornada ese día a las seis de la mañana. Era mentira.
A las 7:39, la mujer salió de la cafetería para ir a su casa, hacer la maleta y marcharse del domicilio familiar. Pero J. C. R. F. se enteró hacia las 8:30 de la mañana de que Teodora descansaba ese día. Se personó en la cafetería y comprobó que su expareja no estaba. El hombre empezó una ronda de llamadas y, supuestamente, convenció a la mujer para que subiera al coche.
El acusado condujo, según la Fiscalía, por unos caminos difícilmente transitables. En Almonacid de Toledo. Entonces, atacó a la mujer y la agarró fuertemente por el cuello. La estranguló a la vez que la desvistió y la penetró vaginalmente hasta la eyaculación, según la Fiscalía. Más adelante, condujo hasta el paraje de 'Cerro grande', sacó a la fallecida del vehículo y la colocó boca arriba. Pasó el coche por encima del cadáver varias veces.
El hombre llamó al 112 y a Ambulancias Finisterre. A las 12:24 de la mañana, se personaron bomberos, sanitarios, Guardia Civil de Tráfico y Policía Judicial. «He atropellado a mi mujer sin querer», vino a decir a los agentes.
Pero no cuadraban los hechos. El acusado, ahora con 52 años, fue detenido allí mismo a las 17:15 horas. Tres días después, el juez decretaba su ingreso en prisión provisional, donde continúa.
La Fiscalía pide una cuantiosa indemnización para los tres hijos del matrimonio.