Fue el duelo más loco en la etapa de Luis Enrique al frente del banquillo del combinado nacional. El 3-5 entre Croacia y España será recordado como uno de los choques más vibrantes en la historia de la Roja y de la Eurocopa.
28 de junio de 2021. Parken Stadium de Copenhague. La selección se mide en octavos de final de la competición contra la Croacia de Luka Modric, subcampeona del mundo por aquel entonces.
España había dejado bastantes dudas en sus anteriores partidos en el Grupo E. Solo el contundente triunfo contra Eslovaquia (0-5) dejó buen sabor de boca en una escuadra que pasaría a las rondas eliminatorias como segunda, por detrás de Suecia, en un cuarteto en el que también estaba Polonia.
El cuadro de Luis Enrique estaba obligado a mejorar sus prestaciones para tener opciones de alzarse con la corona continental. Y con esa premisa se presentó en la capital danesa, dispuesto a dominar.
El comienzo de la Roja fue magnífico, encadenando varias ocasiones de peligro durante los primeros minutos. Pero el fútbol, tan caprichoso a veces, quiso que el combinado nacional empezase con un resultado adverso.
Unai Simón no acertó al controlar un envío de Pedri, poniendo a los balcánicos por delante en el 20.
Pese al mazazo inicial, España se repuso y consiguió tomar ventaja con los tantos de Sarabia, Azpilicueta y Ferran Torres. Sin embargo, no todo estaba dicho por parte de la escuadra ajedrezada, que golpeó en el tramo final de la contienda.
Orsic puso el miedo en el cuerpo en el minuto 85 y Pasalic, en el descuento con un gran remate de cabeza, desató la locura para una Croacia que enviaba el encuentro a la prórroga.
Otro jarro de agua para la selección. Aún así, mantuvo la compostura pese a su mala gestión en los últimos instantes del tiempo reglamentario. Morata, en el 100, y Oyarzabal, en el 103, se encargaron de encarrilar el triunfo y de mantener las esperanzas de una España que llegaría a alcanzar las semifinales del campeonato continental.