PNV y Bildu batallan por el voto indeciso a una semana del 21A

Agencias
-

Las dos fuerzas nacionalistas con más opciones de ganar los comicios pugnan por movilizar al electorado, mientras que tanto PSE como PP aspiran a ser claves para la futura gobernabilidad

Pello Otxandiano (i), ‘número uno’ del partido de Otegi, y el candidato de la formación jeltzale, Imanol Pradales (d) - Foto: EFE

A falta de una semana para que culmine la campaña de las elecciones del 21-A, las fuerzas vascas prenden la mecha de la movilización en busca del voto indeciso. Un apoyo que se antoja clave para los partidos con más opciones de ganar, PNV y EH-Bildu, que quieren salvar esa mínima distancia que los separa según los sondeos y asegurarse la victoria con esos sufragios. Mientras, el PSE-EE aspira a ser decisivo en la formación de Gobierno, el PP a influir si nacionalistas y socialistas no suman mayoría absoluta, y Sumar, Podemos y Vox a sobrevivir y mantener representación en el Parlamento de Euskadi.

En lo que respecta a los peneuvistas, que el último CIS augura como triunfadores de los comicios por la mínima, han ganado en votos todas las vascas celebradas hasta ahora y ansían mantener esa primera posición ante el empuje de la formación de la izquierda abertzale y su propio desgaste, para lo que acometieron una profunda renovación generacional, que se personaliza en la sustitución de Íñigo Urkullu por su alumno Imanol Pradales.

Para conseguirlo, el partido presidido por Andoni Ortuzar intenta movilizar al electorado moderado y centrado que le abandonó en las municipales y generales presentando estos comicios como una pugna a dos con los de Arnaldo Otegi. Su argumento principal en esa lucha es contraponer la estabilidad y confianza que generan los gobiernos del PNV frente a lo imprevisible y las «ocurrencias» que puede tener un Ejecutivo de Bildu.

Por contra, la izquierda abertzale llega a la cita con las urnas en situación de alternativa real a décadas de gobiernos peneuvistas y su candidato, Pello Otxandiano, destaca que ya han conseguido el primer objetivo: ser vistos como una opción posible de Gobierno.

Además, Bildu cuenta con el «viento de cola» del desgaste del PNV en los últimos años y la fragmentación de la izquierda federalista vasca entre Podemos y Sumar, con lo que parte de su electorado puede refugiarse en una opción sólida aunque sea abertzale, como ya pasó con el BNG en Galicia.

Los socialistas serían los terceros en discordia el 21-A, aunque a una notable distancia de las dos formaciones nacionalistas. No obstante, confían en mantenerse e, incluso, crecer, en este caso presentándose como la única garantía para evitar un proceso soberanista impulsado por PNV y Bildu.

Su candidato, Eneko Andueza, apela a la izquierda útil y con capacidad de gestión, convencido de que el PSE-EE, que hizo también una renovación profunda de sus listas, volverá a ser necesario, incluso «imprescindible», para gobernar en Euskadi y aplicar políticas progresistas.

Aglutinar el centroderecha

El PP afronta las elecciones del día 21 con la vista puesta en que el PNV y el PSE-EE no sumen mayoría absoluta y en lograr un buen resultado para poder influir en la gobernabilidad en Euskadi en los próximos cuatro años. Así, uno de los objetivos de los populares, que en 2020 tuvieron su peor resultado, es recuperar votantes tradicionales suyos que se fueron para la formación de Urkullu, algo que puede resultar difícil en una campaña polarizada como nunca entre los jeltzales y Bildu.

Esa es la meta del aspirante de los conservadores, Javier de Andrés, que defiende que son la única alternativa al sanchismo, en el que agrupa a PNV, PSE-EE, Bildu, Podemos y Sumar.

Precisamente la izquierda federalista vasca afronta un escenario muy difícil en estas elecciones, en el que a su declive continuado después de irrumpir con fuerza (ganó en Euskadi las generales «repetidas» de 2015 y 2016) se une el auge de Bildu y que se presentan por separado: Podemos con Alianza Verde y Sumar con Ezker Anitza-IU, Equo Berdeak y Más Euskadi.

También Vox tiene como objetivo mantener el escaño de Amaia Martínez por Álava, aunque la dirección nacional dice aspirar a lograr otra parlamentaria en Bizkaia.