El río Tajo encendió ayer las alarmas. Desde por la mañana se situó en umbral rojo. Se trata del tercer y máximo nivel de alerta, en el que la situación hidrológica se considera ya muy peligrosa y es probable la inundación de zonas habitadas y los cortes de comunicaciones. El nivel del río había subido con fuerza durante la noche y siguió haciéndolo a lo largo de la mañana, hasta superar con creces los cinco metros, lo que suponía un incremento de más un metro con respecto a la situación de solo doce horas antes.
Pasadas las ocho de la noche, la situación hidrológica seguía en umbral rojo y en aumento, con un caudal de 590 metros cúbicos por segundo, que se había incrementado bruscamente en el último tramo de la tarde, y con 5,7 metros de nivel del río. Las mediciones se realizan en la estación de aforo más próxima al centro de la ciudad, las Vistillas, situada a pocos metros de la UCLM.
El caudal no ha dejado de crecer desde hace una semana, pero lo ha hecho de forma exponencial en las últimas 24 horas. La avenida de ayer dejó muy atrás los 255 metros cúbicos por segundo que se habían registrado a última hora de la tarde del lunes, cuando el nivel del río rozaba los cuatro metros, uno y medio menos que en la tarde de ayer. Y el caudal estaba ya muy lejos de los 49 m3/s del día 3 de marzo.
El río Tajo traspasa el umbral rojo en Talavera - Foto: Manu ReinoLa noche del lunes se habían tomado ya las primeras medidas, como el cierre del Puente Viejo, uno de los puntos predilectos para que los talaveranos acudan a ver el estado del río o a disfrutar del entorno. La entrada al puente y a los paseos inferiores de las riberas, varios de ellos anegados por el agua, quedaron precintados por la Policía Local para impedir el acceso.
El día de ayer no invitaba para nada a ello, máxime desde que el paulatino aumento del caudal hizo que se traspasara el umbral naranja, lo que motivó la suspensión de la actividad lectiva en todos los centros educativos próximos al Tajo, en torno a las diez de la mañana.
Hasta mediodía, el cauce no dejó de aumentar con rapidez y pronto superó también el nivel del umbral rojo de alerta. A ello contribuyeron los fuertes desembalses que se recibían tanto desde el propio Tajo, aguas arriba, como desde el Alberche.
El río Tajo traspasa el umbral rojo en Talavera - Foto: Manu ReinoEn este último río el aumento de caudal fue si cabe aún más apreciable, ya que habitualmente pasa prácticamente seco en su último tramo, hacia la desembocadura en el Tajo. A la altura del puente del Alberche que da acceso a Talavera llamaba la atención la amplia explanada del río llena de agua, con la señalización y las barandillas del Camino de Guadalupe sumergidas hasta resultar apenas visibles en algunos casos.
Mientras tanto, el pantano de Cazalegas estuvo desembalsando a un ritmo de 80 metros cúbicos por segundo. En la tarde de ayer, los pantanos de El Burguillo y San Juan, ambos en el cauce del Alberche en la Comunidad de Madrid, estaban llenos al 307,16 hm3 de su capacidad total, 335,41 hm3. Es decir, se encontraban al 91,58 %. Ambos sueltan unos 300 m3/s, unos 26 hm3/día, mientras que les entran unos 350 m3/s, que arrojan un 8,42 % de capacidad de laminación, algo más de 28 hm3. De esa situación y de los desembalses que se produzcan en consecuencia va a depender la situación del río Alberche en las próximas horas y días, según estiman algunos expertos.
Un Tajo muy concurrido. Pese a todo, ni la alerta, ni la lluvia que cayó durante buena parte de la jornada apartó a los talaveranos de las orillas del río Tajo. Acudieron en mucho más volumen que cualquier domingo, atraídos por el espectáculo natural de un cauce pocas veces visto con esa fuerza. Muy a menudo, el río parece ir a contracorriente, porque apenas corre en el largo tramo urbano de Talavera, pero no era ayer el caso. Por eso, pequeños y mayores hicieron caso omiso a los llamamientos de no acercarse a las riberas y acudieron en gran número a comprobar por sí mismos como puede discurrir un río con vida, aunque permanecían en zonas seguras. Llamaba la atención la fuerte corriente, pero también su sonido, un rumor intenso y nada habitual, que animó a muchos a hacer fotos y vídeos que inundaron las redes sociales.