La Perimetral, un circuito para bordear Toledo

J. Mario Loeches
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Ángel Gómez y Jesús Gómez completaron la tercera prueba del reto '12 meses, 12 ultras', con 60 kilómetros que recorrieron en 6 horas y 15 minutos

Los atletas del Cerro del Bú completaron la tercera prueba de este desafío para 2025

Ángel Gómez y Jesús Gómez completaron el del lunes al martes la tercera de las pruebas del reto '12 meses, 12 ultras', desarrollado por el Club Cerro del Bú para conmemorar el año de Toledo como Ciudad Europea del Deporte.

Los dos atletas encararon otro desafío en autosuficiencia, en este caso denominado La Perimetral, con un circuito de 60 kilómetros y 1.400 metros de desnivel positivo que recorrió el contorno de la ciudad. Partieron y regresaron al barrio de Azucaica en un tiempo aproximado de unas 6 horas y 15 minutos.

Como explica Ángel, «queríamos que este mes fuera una prueba no muy larga en kilómetros, pero intensa en dureza, porque los dos veníamos de competiciones y nos encontramos en plena proceso de recuperación.

El caso es que salieron desde Azucaica para visitar después El Beato, el barrio más alejado del centro de la ciudad. Retrocedieron después para pasar los pinos de Los Gavilanes y cruzar el puente de la autovía hasta la antigua fábrica de Coca-Cola. Atravesaron los depósitos de Buenavista para llegar a Las Perdices y, después, a Valparaíso y La Legua.

El dúo de corredores cambió vertiente para pasar por La Peraleda y bordear la parte oriental. Ahí alcanzaron el kilómetro 33, justo en el Cerro de los Palos, el punto geodésico más alto de Toledo. Les quedaba por delante La Pozuela y el Valle, antes de cruzar Santa Bárbara por la Academia deInfantería.

Por los pinos y la Fuente del Moro, llegaron a Santa María de Benquerencia. Cruzaron de nuevo a Azucaica por el puente del AVE. «Es un circuito precioso y bonito», asegura Ángel Gómez, que, sin embargo, les jugó alguna pasada. 

Y es que, tuvieron que realizar unos 38 kilómetros solo con un litro y medio de agua, al no encontrar avituallamiento en las fuentes de Valparaíso, que estaban cerradas. «Llegamos en estado de semihidratación, pero me sorprende la capacidad del cuerpo para adaptarse a situaciones compljas», reconoce el atleta del Cerro del Bú.

Por lo demás, encontraron otro momento de dificultad por los pinos deSanta Bárbara, porque empezó a llover. Además, eso provocó que en el camino de regreso a Azucaica las zapatillas patinaran con el barro acumulado. «Lo solventamos bien», dice Ángel.

Y, entre los momentos para recordar, el tramo corriendo por el arroyo de La Pozuela. «Tenía un palmo de agua, y decidimos ir por encima; la verdad es que te sientes libre corriendo así», agrega el corredor.

Por lo demás, los toledanos se enfrentaron a un trazado exigente, con ritmos endiablados desde el principio. Lo bueno es que «al ser por la noche, no te das cuenta de la dificultad de las pendientes y de su sufrimiento», cuenta el atleta del Cerro del Bú.

El próximo reto, el del mes de abril, será el día 26. De momento, no hay muchos detalles, solo que lo realizarán con un atleta de otro club. «Será un reto muy especial, con unas connotaciones sociales importantes, al que queremos dar mucha relevancia y visibilidad», concluye Ángel.