Aunque el único pequeño estudio sin demasiados datos que publicó su arqueólogo, Cayetano de Mergelina, no llegó hasta 1947, la excavación de la necrópolis visigoda de Carpio de Tajo, patrocinada por Alfonso XIII se desarrolló en 1924. Con motivo de este centenario, el museo de Santa Cruz ofrece en su sucursal de Los Concilios como 'pieza del mes' la reproducción de documentos conservados en el Arqueológico Nacional relacionados con aquellos trabajos. Unos trabajos que todavía pueden deparar sorpresas, porque como adelantó hace unos meses en Toledo la arqueóloga Gisela Ripoll, recientemente se han encontrado los cuadernos originales de Mergelina durante la actuación, lo que permitirá en pleno siglo XXI ahondar en el conocimiento de los visigodos y de aquella comunidad en concreto más allá de la pequeña monografía de 1947. Cien años después, no está cerrado el proceso de investigación sobre aquella necrópolis.
En 1924, ha explicado el director del Santa Cruz, Antonio Dávila, apenas había yacimientos visigodos en España, más allá de la necrópolis de Daganzo de Arriba. En este ámbito, se descubrió la necrópolis del Carpio, «con un ajuar muy completo, que permite dar cronología a otros yacimientos del periodo que se están excavando ahora».
El técnico del museo de Santa Cruz y sus filiales, Jaime Gallardo, recordó que Alfonso XIII tuvo conocimiento de este posible yacimiento por un broche y una fíbula procedentes de Carpio de Tajo aportadas por el ingeniero Pedro de Artiñano, coleccionista e investigador. «Recalcan mucho los documentos de la época que existían muy pocas piezas visigodas en aquellos momentos, eran hallazgos muy excepcionales, por lo que Alfonso XIII tiene un gran interés por este hallazgo y decide financiar la excavación de su propio presupuesto», apuntó.
Un siglo de un yacimiento visigodo abierto a nuevos hitos - Foto: David PérezUna excavación que se encomendó a Cayetano de Mergelina, que entonces era profesor de la Universidad de Valladolid, en la que llegaría más tarde a ser rector. Eran «excavaciones propias de la época, muy académicas, siempre centradas en la arqueología desde el punto de vista del arte y con los medios limitados de la época para hacer analíticas». De forma que por ejemplo desaparecieron los huesos después de su examen. Se excavaron 276 sepulturas y en una minoría aparecieron ajuares. Se extrajeron unas trescientas piezas, la mitad de las cuales, aproximadamente, están ahora en Toledo. Las demás están en el Arqueológico.
Esta necrópolis, apuntó el técnico, parece indicar que debió de haber un gran asentamiento visigodo en las cercanías, que no ha sido identificado. Aunque en el Santa Cruz hay varias piezas procedentes de una finca de Carpio de Tajo «de bastante buena calidad» que indican que tenía que haber en la zona algún tipo de edificio monumental. Tuvo que haber, por lo tanto, una población y un edificio monumental, posiblemente religioso, unidos a esta necrópolis, aunque no se han localizado.
Esta pieza del mes. Gallardo ha recordado que desde hace tiempo se llevan planteando celebrar este centenario. El problema es que las piezas de la necrópolis más destacadas que llegaron a Toledo en 1969 están constantemente expuestas en el propio museo de los Concilios desde 2014. Así que pareció oportuno buscar la documentación relacionada con la donación de Alfonso XIII al museo Arqueológico en 1925. Así que Dávila consiguió que el Arqueológico encontrara en sus archivos el expediente, que digitalizó, parte del cual se expone como pieza del mes hasta final de año.
Dávila también destacó la labor en estos estudios visigodos de Ripoll, que sesenta años después publicó una sistematización completa de todos los ajuares de la necrópolis del Carpio y que recientemente ha encontrado los cuadernos de Mergelina.