Un barrio moderno, cómodo, con seña de identidad y suficientes servicios. Un nuevo modelo arquitectónico de ciudad residencial que invite al progreso y a la vista. Se trata de una idea que está tomando forma en la Concejalía de Planeamiento desde hace tiempo «pensando en las personas que viven en el barrio» y tomando como base «ideas modernas y vanguardistas» que puedan  convertirlo «en un barrio del que presumir».

De momento, el Ayuntamiento de Toledo sigue sin respuesta sobre la posibilidad de hacerse con los terrenos del antiguo hospital Virgen de la Salud por cesión, pero el concejal de Planeamiento, Florentino Delgado, apuesta por ir avanzando en un futuro proyecto «con la implicación de toda la ciudad» y con una filosofía clara: «Atrevernos con Toledo y dejar de quejarnos y decir que tenemos que hacer algo».

El proyecto que madura el concejal para la parcela del Virgen de la Salud pasa por derribar el antiguo centro sanitario y construir un edificio de oficinas y viviendas de gran altura, un modelo que garantiza el aprovechamiento del terreno para disponer de espacio suficiente para levantar «un centro de ciudad», a modo de centro comercial con tiendas, actividades de ocio y otros espacios de uso público para los vecinos del barrio. Delgado completaría el conjunto «con un monumento público, como hay en otras muchas ciudades» que pueda convertirse en un referente en el barrio. 

Lo cierto es que el Ayuntamiento aún no ha decidido el destino del solar del Virgen de la Salud, aunque recientemente el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, ha dejado caer de nuevo la posibilidad de que ahí pudiera construirse el cuartel de la Guardia Civil. Si bien, esta idea choca con los planes de Delgado que, por primera vez salen a la luz  después de meses en el anonimato, coincidiendo con la demanda de los vecinos de Palomarejos de conocer el futuro y las posibilidades de su barrio.

Por otro lado, el concejal de Planeamiento tiene clara la necesidad de rehabilitar todo el área residencial de Corea, un proyecto de regeneración que exige subvenciones y colaboración de otras administraciones, como la Junta y el Gobierno central. Delgado es consciente de que la renovación integral de parte del barrio exige tiempo y considera que podría llevarse a cabo una vez que se levantara el gran edificio para realojar temporalmente a parte de los vecinos de Corea hasta que finalizase la intervención en sus viviendas que, en algunos casos, se optará por la demolición para levantar nuevas construcciones.

Una vez concluida la rehabilitación, a la manera que se ha llevado a cabo en barrios de grandes ciudades, las viviendas de la torre residencial podrían destinarse a jóvenes, mayores, personas con necesidades, «lo que en su momento se plantee más adecuado».

Debate. Delgado subraya que es necesario dar a conocer a la ciudadanía y abrir el debate a todos los colectivos y a la ciudad en sí sobre el futuro de Palomarejos. Además, también está abierto a proponer un concurso de ideas que pueda enriquecer el proyecto porque está convencido «de que un equipo de expertos puede aportar algo bonito». 

En este caso, Delgado explica que Palomarejos podría convertirse en un barrio moderno y de referencia, de modo que esta idea pueda cuajar en el resto de barrios de Toledo, excluyendo el Casco, para que vayan ganando modernidad y personalidad.