El Festival del Cine y la Palabra (CiBRA) arranca hoy de nuevo en Toledo y en la Puebla de Montalbán en su XVI edición. ¿Cómo la definirías?
Es una edición complicada porque ha costado mucho elaborar la programación. Hay años, como ocurrió el pasado, que todo fluye muy bien, pero este año no por diferentes cosas, entre ellas, la fecha de estreno de las películas, con lo que hasta última hora no hemos podido completar la programación. He tenido muchos quebraderos de cabeza.
También es cierto que CiBRA cada vez es un festival más consolidado y ambicioso y eso exige, ¿no?
Sí, claro, ahí está la historia. Nosotros queremos más y más, pero al final tenemos los mismos mimbres, tanto humanos como económicos. Es de agradecer contar con lo mismo siempre porque así no decrecemos, pero hay que intentar crecer. Aunque preparar el festival haya sido este año complicado estamos muy contentos y ya respiramos más tranquilos.
Una de las novedades más sorprendentes ha sido estrenar mascota, ese mítico robot, Johny 5, que se queda ya en el CiBRA.
Llevaba muchos años pensando en una mascota porque veía que otros festivales sí la tenían, como el de Sitges con el King Kong, por ejemplo. Siempre había estado detrás de Johnny 5, o Juanito, que es como se terminará llamando cuando tengamos más confianza con él, y estuve investigando el tema de los derechos porque había que ir con cuidado. Pregunté a Jordi Ojeda, el mayor experto en robots en España, me animó y me dijo que no tendría problemas.
Elegí este robot porque me hacía mucha gracia cuando se nutría leyendo diciendo datos, datos... También nos hemos enterado de algo más, que la película está basada en un relato corto de Asimov y todo suma. Hemos hecho una recreación en 3D para moverlo y manejarlo y poco a poco lo asimilaremos como mascota. Hay que hacer un estudio del logo porque la idea sería integrarlo sin perder la marca que tenemos. Vamos a ir paso a paso porque la economía no nos da para ir de golpe. Tenemos que hacerlo bien, como dicen mis compañeros, así que les haré caso porque el festival crece porque nos vamos haciendo caso los unos a los otros.
La música se ha ganado peso en el festival en esta edición.
La música siempre ha estado presente en el festival, sobre todo, en la gala. Este año aún más porque será protagonista. El festival colabora con artistas de la ciudad, como Momentum, para que en cada proyección el público pueda disfrutar de música antes de que comience el pase. También la gala será tremendamente musical y parecerá casi un concierto.
¿En el Palacio de Congresos como siempre?
Sí. La gala de este año es más ambiciosa y habrá mucha más gente en escena, algo que nos da un poco de miedo porque la logística no es sencilla ni hay capacidad para cambiarse ni colocarse. Espero que la gala salga bien porque es una seña de identidad y llevamos trabajando en ella desde junio. Una manera de diferenciarse de otros festivales es haciendo algo que los demás no hagan y nosotros destinamos muchos recursos humanos para que la gala sea diferente y tenga más visibilidad.
El año pasado CiBRA incorporó un prólogo de varios días en el Hospital de Parapléjicos, una iniciativa exitosa que repite por segundo año.
Funciona muy bien. Surgió como idea, aunque económicamente no salga bien, y nos da más opciones de hacer cine, más pantalla. Hay un problema de salas en la ciudad y el público demanda más, así que es una alternativa para tener una sala más y este año será una de las protagonistas y con más pases en el festival. Esta situación nos tiene que hacer reflexionar y repensar que algo falta en Toledo porque tras la pandemia algunas salas se cerraron y otras se han hecho más inaccesibles.
Proyectar en el Hospital de Parapléjicos me hace especial ilusión por lo que conlleva convertir en un cine un espacio que no lo es y es complicado a todos los niveles, pero trabajar con el personal y la gente de Parapléjicos y de Fundación 'La Caixa', un aliado que ha entrado a colaborar, lo compensa todo. Este año habrá cuatro películas allí, una actividad literaria y un preestreno de animación infantil.
Es bueno que todo el mundo conozca que Toledo, al margen de su piedra y sus leyendas, tiene un hospital que nos da prestigio internacional. Desde el centro también querían que los niños se acercaran porque no es un hospital al uso. Cuando entras y ves las caras de la gente sabes que el trabajo funciona. Era necesario poner en marcha iniciativas de inclusión real más allá de llevar allí actividades para que las realicen los pacientes porque la inclusión real es mezclar a la gente y abrir al público en general para las proyecciones.
Desde hace años hablas de la escasez de salas en Toledo y parte del público se queda sin disfrutar de las películas y de otras actividades por falta de aforo. ¿Qué se necesita?
No voy a ser yo el que diga que hace falta inversión. Entiendo que un alcalde de una ciudad, por ejemplo, tiene tantas cosas que hacer que al final tiene la manta corta, o te cubres la cabeza o los pies. Siempre falta, pero habrá otras cosas más importantes. Eso sí, también hay opciones para que las cosas funcionen mejor.
Los problemas básicamente vienen porque las salas que hay no se pueden utilizar por uno u otro motivo. El auditorio de Liberbank, por ejemplo, está cerrado y será el último auditorio de Castilla-La Mancha en abrir y es una pena porque es una sala en el centro de la ciudad con 400 butacas y funciona bien a nivel técnico. También agradecemos a la Universidad de Castilla-La Mancha que nos cede Toletum. Aunque es una sala pequeña, nos salva un poco.
¿No se puede pedir más colaboración a Cinesur y a Real Cinema de Olías durante el festival para que se conviertan en salas principales en la programación?
Colaboramos con ellos. Con Olías hemos colaborado puntualmente y con Cinesur y Mk2 trabajamos constantemente. La iniciativa Minicibra se gestiona a través de ellos, funciona muy bien y la relación es buena. Aun así, dependiendo de qué eventos tengamos no deja de ser una sala fría teniendo espacios tan bonitos en Toledo como tenemos. CiBRA tiene que mostrar sus mejores galas y ahí entra un Teatro de Rojas, un Palacio de Congresos y auditorios que den algo más que una sala de cine. Hay que buscar soluciones porque la ciudad demanda cultura y las iniciativas se llenan.
El año pasado planteabas la posibilidad de duplicar pases de películas para aumentar los aforos. ¿Es una idea descartada?
No lo descarto, pero no es fácil. También habría posibilidad de poner el pase en dos salas diferentes a la vez y prácticamente a la misma hora. En los festivales importantes suele haber pases desde por la mañana, pero CiBRA todavía no está en disposición porque nuestro público es de la ciudad y de la provincia, todavía no se puede comparar con un público internacional. Sin ir más lejos, en San Sebastián hay 2.000 medios acreditados y más de mil de industria y todos ellos van a las salas. Aquí tampoco lo tenemos ni se puede hacer de momento.
Antes de materializar la idea hay que tener claro que tendríamos más salas disponibles, que técnicamente es posible y tener músculo para que el festival las cubra con sus propios medios sin problemas.
Las administraciones siguen colaborando con CiBRA... ¿Hay suficiente gasolina, como sueles decir, para que el festival siga creciendo?
Hubo cambio de legislatura el año pasado y cuando hay cambios siempre te da miedo por si las cosas pueden ir a mejor o a peor, pero no tengo quejas sobre ninguna de las administraciones, ni de la Junta, ni de Diputación ni del Ayuntamiento. No hay quejas ni a nivel de trato ni a nivel de que se lo crean. Lo que nos cuentan es así y hay facilidad, pero CiBRA tiene que seguir pidiendo y creciendo.Trabajamos duro para que se den cuenta de que lo que pedimos es bueno para todos y que si todos echamos más gasolina al coche llegará más lejos.
Lo suelo entender todo y hay muchas cosas que resolver por parte de las administraciones y no somos los únicos que pedimos, pero de unos años a esta parte todo ha subido muchísimo. Intentamos compensarlo con nuestro esfuerzo, pero a veces es complicado. En Minicibra, que tendrá por encima de os 10.000 niños, es necesario mover a los niños de la provincia al cine en autobuses y los precios se han duplicado y triplicado. Es insostenible y solemos hablar con la administración para mantenerlo porque creemos en ello, pero la gestión es deficitaria. Tanto CiBRA como la Diputación, que invierte un poco más, hacen el esfuerzo, pero tenemos que valorar como hacerlo de cara al futuro y estamos intentando llegar a acuerdos también con empresas.
Con las administraciones vamos avanzando y nos están demostrando que quieren. Con el Ayuntamiento, la Junta y la Diputación las relaciones son estupendas y estoy convencido de que vamos a seguir teniendo buena relación. Las administraciones se dan cuenta de que CiBRA está en potencia y que si logra ir más arriba podemos tener un festival muy grande.
¿Habría que implicar más al Ministerio de Cultura?
Estamos en ello. El año pasado aportó y aporta. Nos presentamos a la ayuda del ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales). Tenemos que optimizar mejor esos recursos y quizá nos falta algo de formación para saber trabajar bien lo que presentamos. Tenemos en el debe ver cómo sacar más ayudas porque observamos que otros proyectos sí la obtienen y algo estamos haciendo mal. Tenemos que saber cuál es la clave.
Aun así, el ICAA tampoco te va a dar mucho más. El dinero llama al dinero y necesitamos crecer más. El acuerdo con Televisión Española nos viene muy bien, las relaciones con ellos están creciendo muchísimo y están encantados de cómo lo estamos haciendo. Iremos ganando repercusión y así las administraciones públicas y las empresas privadas verán que la marca es importante. Es un trabajo que venimos haciendo, pero ahora hay que romper el cascarón y salir un poco más fuera.
Las Jornadas de Cine y Educación vuelven otro año más al festival y en esta ocasión se abordará incluso la inteligencia artificial.
Llevábamos muchos años hablando con las compañeras que se encargan de las jornadas de las nuevas tecnologías y siempre comentaba la valía de la serie Verano Azul, que educa en valores. Hablaremos de Verano azul y de inteligencia artificial metiendo todo en el mismo saco. Habrá profesionales que van a explicar a los docentes cómo utilizar medios gratuitos puede llevar a que los alumnos conozcan la historia audiovisual de esa época y hacérselo más amigable. Estas jornadas son una clara fortaleza del festival. Somos punta de lanza y es importante potenciarlo.
¿Habrá muchos profesionales este año en Encuentros de Cine?
Estamos cerrando la programación y las visitas. Los que vienen son todos muy top. Colaboramos con DAMA desde hace muchos años e incluso este año nos ayudan más y estamos trabajando muy bien. Traemos a profesionales, pero en la programación nunca damos a conocer los nombres ni las fechas porque hay que cuadrarlo todo. Este año queremos que participen profesionales de la región y uno de los encuentros será de música y de bandas sonoras, así que contaremos con Alberto Torres, que nos da muchas alegrías con sus proyectos y crece como la espuma.
También tendremos otro encuentro con los hermanos Valle, que han rodado el corto documental 'Las semillas de Kibu', candidato a los Goya. Son talentos que trabajan en la región para fuera y tienen claro que quieren trabajar desde Consuegra y no desde Madrid, con lo que es necesario sacar ese talento, presentarlo y dar a conocer que ya han estado nominados a los Goya.
¿Qué estrenos trae CiBRA este año?
Las películas las tenemos ya todas en programación.Tendremos el preestreno de 'Marco', la última película de Jon Garaño y Aitor Arriegi, con el actor Eduard Fernández; también se proyectará 'El 47' con este mismo protagonista, aunque de las dos películas la primera puede tener más fuerza porque ha pasado por el Festival de Venecia.
Además, proyectaremos la película de Gila '¿Es el enemigo?', que se estrenará el 13 de diciembre. Estará 'La mitad de Ana', la primera película con Marta Nieto en la dirección, que ya estuvo nominada a los Goya como actriz. Vendrá 'Las chicas de la estación', que ha pasado por San Sebastián; 'Yo no soy esa', de María Ripoll, y contaremos con parte del elenco en el pase. Se trata de una comedia y la película tiene mucho en común con el Hospital de Parapléjicos. También tenemos el documental '42.195. La madre del cordero', del que soy productor, sobre la historia del maratón en España que surgió en Toledo y creo que va a gustar. Y se proyectará 'Superklaus', una película de animación para niños que se proyectará en el hospital. Además, habrá pases en La Puebla de Montalbán de varias películas de este año porque no hay salas de cine.
CiBRA clausurará el festival con ocho premios honoríficos esta vez.
Sí, a los que se suman el premio del público y de las películas. Este año tenemos tres premios honoríficos Alice Guy, uno para Paz Vega, otro para Julieta Serrano y el último para Luz Casal, y las tres han confirmado que estarán en la gala. También tenemos el premio 'Toledo de cine' para el actor Jorge Perugorría; el premio literario para el poeta Leonardo Padura, que ya fue Princesa de Asturias en 2015 y espero que le den el Nobel. El premio Orden de Toledo será para Irene Escolar. Además, el director Javier Fesser recibirá el premio adaptación de cine, el de talento castellanomanchego a Pablo Chapiella. Y el Premio de Cine y Educación será para Verano Azul.
En la gala habrá presencia de más profesionales reconocidos que entregan premios y harán alfombra. Intentamos que esa alfombra sea larga y de gente muy conocida para que tengamos repercusión porque ellos son el foco. CiBRA está concienciada de que con ellos ganamos visibilidad.
Más allá de CiBRA, ¿qué puede suponer para la ciudad y para el festival una Ciudad de Cine en Toledo?
Para Toledo, si las cosas se hacen bien y se hará así, será algo muy importante y un puntazo para los toledanos. Hay que aprovecharlo y hacerlo bien porque tenemos ejemplos que han fracasado, como los estudios de Valencia. Es una noticia excepcional y llega en un buen momento porque el audiovisual está a tope, con muchas producciones españolas y extranjeras y tenemos una ciudad maravillosa para hacer cualquier cosa. Puede ser un buen proyecto a nivel cine y es importante que la gente de la ciudad y de la región trabaje, se forme y salgan adelante proyectos.
También para el festival tendrá muchos encajes al estar en Toledo. Es necesario hacer industria en la región y poco a poco lo estamos consiguiendo. Las relaciones con la administración han ido creciendo y ya nos vamos creyendo todos que puede ser así, con lo que si siembras en una tierra fértil sale y ahí están los ejemplos.
¿Te gusta la ubicación elegida, el parque de Polvorines?
No sé si se valoraban otras ubicaciones. El sitio es muy bonito y va a dar mucha vida en la ciudad. Es un acierto pleno tanto de la Junta por apostar por el proyecto y buscar fondos para que se llevara a cabo en la región como del Ayuntamiento por aprovechar esta oportunidad. Es una alegría para los que nos gusta el cine y será un gran impulso para la ciudad y la región.
La Ley del Cine mantiene una guerra abierta entre las salas y las plataformas. ¿Cómo está la situación?
Está complicada. La ley no está aprobada y tienen que hacerlo y está un poco paralizada. Más allá de la ley, hay que generar la convivencia y saber que un cine es un cine y una plataforma es otro formato y tienen que convivir y encontrar puntos de encuentro. La ley es importante y necesaria. Quizá se podría haber hecho mejor, sin duda, pero si te quedas siempre donde estabas mal vas, se necesita seguir avanzando. Ojalá se sigan dando pasos por ahí porque la salud del cine es buena y hace unos años no era tan fácil. Hay que seguir peleando y conseguir lo que tiene Francia, con actores y directores por todo el mundo, y hacer cine desde aquí para fuera.
La salud del cine está mejor, pero los datos siguen diciendo que las salas no han recuperado las cifras prepandemia.
Tenemos que hacer cine para concienciar y otro para entretener y mezclar ambos. En los últimos años Santiago Segura y las comedias están salvando las taquillas. Buscar el equilibrio no es fácil y ahora hay una tendencia a buscar ese cine más autoral que nos está dando mucho rédito en festivales, pero también sigue haciendo falta más gente como Santiago Segura que haga cine de entretenimiento y que las familias vayan y los niños se enganchen al cine. Hay que acostumbrar el paladar, crear nuevo público y buscar canales para que las películas vayan bien publicitadas, pero con la pandemia se perdió mucho. Tampoco creo que la gente dejara de ir al cine por la pandemia, fue un tema de hábitos.
¿Habrá CiBRA más allá del CiBRA?
Sí. Siempre intentamos hacer iniciativas fuera de la programación. Cada vez que tengamos una oportunidad haremos eventos.