La hostelería en la provincia de Toledo dará un paso adelante en los próximos días y tratará de hacer visible la delicada situación por la que atraviesa su actividad profesional. La extensión en el tiempo de la pandemia ha ido minimizando sus recursos: decenas de empresas tienen comprometida su viabilidad y se ven abocadas al cierre. El pesimismo se adueña de un sector penalizado con cada batería de medidas restrictivas. Representantes de bares y restaurantes han decidido unir fuerzas y plantear su problemática al conjunto de la sociedad. Mañana, a las 12.00 horas, y bajo el lema de Este domingo abrimos la persiana, se iniciarán una serie de actividades pensadas para mostrar la desesperación que asola a muchos negocios toledanos. A partir del mediodía, los locales adheridos a esta iniciativa abrirán sus puertas y encenderán las luces, mientras el encargado se sentará en la entrada durante quince minutos. A las 20.00 horas, se repetirá la performance.
La nueva plataforma «surge de un grupo de hosteleros indignados», explica Álvaro de Diego, portavoz de la comisión de este movimiento. El colectivo dio sus primeros pasos como grupo WhatsApp, hasta que la suma de nuevos participantes desbordó la capacidad de este servicio y tuvo que trasladarse a Telegram. «Queríamos dar ánimo a la gente que está desanimada». Hoy son casi 400 los participantes y casi tantos los negocios que apuestan por la calle como escenario de las movilizaciones. «Estamos trabajando la organización de reuniones y planteando manifestaciones», explica De Diego.
Los profesionales afectados han solicitado a la Delegación del Gobierno los permisos pertinentes para dos marchas a celebrar los próximos miércoles 3 y viernes 5 de febrero. La intención de la plataforma es recorrer buena parte de la ciudad en una caravana de coches a partir de las 9.30 horas. Los promotores aguardan la respuesta de la administración. El itinerario partirá de la Peraleda, recorrerá Barber, Reconquista, calle de Armas y Zocodover, rodeará el Alcazár, bajará hacia Docecantos y subirá hacia Tavera y la plaza de toros, continuando por General Villalba, hacia la avenida de Europa, la avenida de Portugal y nuevamente la Peraleda.
«Este es un proyecto sano: queremos que se nos vea, que se nos haga caso, que se comprenda que estamos en las últimas», insiste De Diego. Han contacto con medios de comunicación, les han llamado representantes políticos y tratan de ganar el favor popular por redes sociales. «Los clientes nos aplauden», aseguran. Piden a los poderes públicos medidas que aseguren la supervivencia del maltrecho sector: al Ayuntamiento de Toledo le exigen flexibilidad en el montaje de terrazas y suspensión de impuestos municipales; a la Junta de Castilla-La Mancha, la apertura inmediata de los establecimientos cerrados desde la imposición del nivel 3 y «ayudas directas ya»; al Gobierno central le reclaman un plan nacional de ayudas y la condonación del IRPF, el IVA y las cuotas de la Seguridad Social.
Los cuatro centenares de hosteleros agrupados bajo el paraguas de la nueva plataforma se distribuyen entre la ciudad de Toledo y otros puntos de la provincia como Illescas o Torrrijos. «Que se unan porque estamos con ellos y nos queremos ayudar entre nosotros: Toledo y provincia somos uno».
Los negocios vinculados a la restauración afrontan su hora más crítica. «Esto no hay quien lo aguante», proclama De Diego. Los hosteleros claman por el olvido de la administración. «No queremos hacer daño a ningún colectivo, pero vamos a hacernos ver». Toledo se prepara para la revuelta de los delantales.