Tras concluir la celebración de la Semana Santa, la ciudad de Toledo se ve envuelta, una vez más, en la venerable tradición de honrar a la Virgen de la Salud.
Bajo el cielo primaveral, las calles del Casco Histórico se llenaron de color por el manto de claveles rojos lanzados por los vecinos y la devoción, mientras la imagen de la Virgen, era llevada en procesión por un grupo de jóvenes cargadores, quienes con afán y fuerza la cargaron a hombros.

Un conmovedor martes donde  no solo reluce la profunda fe, sino también la continuidad de una tradición arraigada en lo más profundo de la ciudad, que contaba este año con una estrenada candelaria y la imagen del Niño Jesús restaurada.

En la procesión, que recorrió las calles históricas aledañas a la Iglesia de Santa Leocadia y al Monasterio de Santo Domingo el Antiguo, participaron también representantes de cofradías y hermandades de la Toledo, así como miembros del Consejo Mayor de Cofradías y Hermandades de Gloria de Toledo, y presidida por Emilio Tacero, párroco de Santa Leocadia y canónigo de la Santa Iglesia Catedral Primada. También estuvo presente la Unión Musical Benquerencia.

Procesión de la Virgen de la Salud. - Foto: David pérez

Una vez terminada la procesión tuvo lugar la Santa Misa con Predicación.

Mención especial para las roscas. Este dulce de harina, aceite y huevos, entre otros, recibe un reconocimiento especial, atrayendo a numerosos fieles deseosos de llevarse consigo un pedazo de este dulce tradicional tan característico de la temporada. La venta de estas delicias no solo proporciona satisfacción a los paladares, sino que también contribuye a diversas causas benéficas con los fondos recaudados.
Durante toda la semana se seguirán realizando diferentes actos en honor a la Virgen de la Salud, como el conocido besamanos, el viernes 5. Un momento en el que los devotos, a las siete de la tarde, irán pasando ante la Virgen para ofrecerle sus más sinceros respetos.