El organista y el párroco de la iglesia de Santiago han instado a las administraciones a hacerse cargo de la restauración del órgano de este templo, el «único» que se conserva en Talavera «de los más de 25 que se construyeron durante los siglos XVI al XVIII». Así lo ha trasladado a este diario Amador Dueñas, organista de esta iglesia talaverana desde hace 17 años, quien recuerda que el instrumento en cuestión está registrado como Bien de Interés Cultural (BIC) y, como tal, le corresponde a las administraciones públicas hacerse cargo de la «conservación, consolidación y mejora» del mismo.
Dueñas ha explicado a La Tribuna que este órgano de tubos construido en 1769 se encuentra en un estado «nada óptimo», tal y como han constatado desde tres talleres de organería diferentes especializados en estos instrumentos, que confirmaron hace ya diez años «que precisaba de una restauración total».
«Si deja de sonar, no se va a poder utilizar y va a correr el mismo camino que sus 'hermanitos'», ha lamentado el organista, en relación a los órganos que había en la ciudad de este mismo periodo. Como ha recordado, cada iglesia talaverana contaba con un órgano de estas características, incluso en ermitas y capillas como la del antiguo Hospital de la Misercordia. De ellos, tan solo se conserva el que está en la iglesia de Santiago, que desde que se trasladó a la planta baja en los años 90 «no ha recibido ninguna labor de mantenimiento».
Por ello, «ahora se encuentra en la circunstancia de tener que ser restaurado», algo que Dueñas ha solicitado de manera insistente desde hace más de 10 años a Ayuntamiento, Diputación Provincial y Junta de Comunidades, a pesar de lo cual, hasta la fecha «ninguna ha dado una respuesta positiva».
En la actualidad, el órgano sí está en funcionamiento y Dueñas se encarga de tocarlo en las misas, aunque alguna vez ha fallado en medio de celebraciones, aunque su uso es limitado precisamente por el estado en el que se encuentra.
No en vano, «requiere de una restauración a fondo», algo que está presupuestado en torno a los 90.000 euros. «Tienen que quitar todas las piezas, solamente tubos tiene más de 700 y tienen que desmontarlo todo, llevarlo al taller, arreglarlo, comprobarlo y volverlo a traer», ha explicado Dueñas.
Sin embargo, también ha señalado los beneficios que conllevaría esta restauración, ya no solo a nivel patrimonial, sino cultural y turístico, puesto que permitiría la celebración de conciertos de organistas de prestigio que atraerían a visitantes a la ciudad, como sucede en otras ciudades donde se llevan a cabo este tipo de iniciativas.