«Que manden a los testigos a declarar, hasta ahora no se ha hecho nada y queremos justicia, nada más». Así resumía este jueves por la mañana en Toledo el sentir de la familia de Ángel y Fernando el tío de los niños encontrados descuartizados en el vertedero, Nicanor García. Junto a la familia, Sociedad Gitana Española se ha concentrado a las puertas de los Juzgados de Toledo para pedir justicia por ellos. «Esta administración respeta más a los animales que a los seres humanos», constaba en su pancarta.

El presidente de la Asociación, Sinaí Giménez, apuntó la angustia de los padres, que no saben quiénes son los asesinos de sus hijos, aparecidos en el vertedero de Toledo, y que se han encontrado con que «ha habido varios intentos de cerrar esta causa». El caso es que, efectivamente, en estos momentos el Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo ha archivado las diligencias del caso, algo contra lo que han recurrido ya los padres. Para Giménez, está claro que «no ha habido un proceso justo con todas las garantías, como sí ocurre en el 99 por ciento de los casos en España, un proceso justo con todas las garantías donde se practique todas las pruebas y se escuche a todos los testigos que tienen datos e información. Tampoco se han practicado todas las pruebas que ha solicitado el abogado de los niños Ángel y Fernando».

Sin profundizar en esta ocasión en demasía en sus reivindicaciones, Giménez sí pidió dos cuestiones concretas, como son que los juzgados escuchen las declaraciones del vigilante de seguridad al que los niños preguntaron por Santa Bárbara y que los vio dirigirse allí, y que se escuche a los testigos presenciales del edificio okupa de este mismo barrio «donde ha ocurrido la desaparición de esos niños, no dentro de un contenedor. Pero si no se practican las pruebas...». «El juez no los ha escuchado y seguramente que si los escucha y practica las pruebas que se han solicitado, además de muchas otras que ya tenía que solicitar de oficio el fiscal, estamos seguros de que este caso ya se habría resuelto», apuntó Giménez, para quien, no obstante, «desde el minuto uno apreciamos ya que no había interés por parte de los investigadores en llevar un proceso como se ha llevado, por ejemplo, en el caso de Diana Quer». De ahí que la familia se oponga a que el caso se cierre si no se practican las pruebas que ha solicitado, «porque seguramente, si escucha a esos testigos presenciales, iba a haber detenidos, y no uno, sino varios, hombres y mujeres, que esto no se cierre en falso». Pidió Giménez que los procesos judiciales sean iguales para todos, «tengan el color de piel que tengan y tengan la economía que tengan».