Carlos Alfredo Escobar, de 27 años, reconoció ayer en el acuerdo de conformidad alcanzado en la Audiencia Provincial que agredió con un puñetazo a un agente de la Guardia Civil, a quien le extrajeron posteriormente las dos piezas dentales fracturadas. La atenuante de drogadicción y el seguimiento de un tratamiento de deshabituación durante el año que ha permanecido en prisión preventiva han ayudado a que la Fiscalía y el resto de las partes hayan pedido la suspensión de la pena. Esta consiste en tres años de cárcel por este delito de lesiones agravadas, más un año y 15 días por un delito de atentado.
Carlos Alfredo permanece en prisión preventiva desde el 11 de septiembre de 2023, 48 horas después del enfrentamiento de un grupo de seis individuos contra agentes de la Guardia Civil en Valmojado. Junto con él, han estado provisionalmente también en la cárcel por estos hechos Tito Erick Toledo, Christian José Vera y César Leonel Salazar. El acuerdo fija para estos tres encausados la pena de un año y 15 días. Se trata del periodo que llevan en prisión; la conformidad avala, no obstante, la suspensión de la pena.
César Leonel ha pactado también una pena de tres meses por un delito de lesiones a uno de los agentes, quien sufrió la fractura de la cuarta y quinta falange del metacarpo de la mano izquierda.
Los otros dos acusados, que se encuentran en libertad provisional, aceptaron la pena de seis meses de prisión en el caso de Adriano Armando González y de tres meses en el de María Isabel Fierro. La suspensión alcanza también a estos procesados.
El acuerdo fija también las indemnizaciones que deberán abonar los acusados por las lesiones a los guardias civiles.
La Fiscalía, la acusación que representa a los agentes de la Guardia Civil, la Asociación Profesional Justicia Civil (Jucil) y las defensas acordaron ayer la conformidad tras una hora y media de negociación en la Audiencia Provincial.
Los hechos ocurrieron el 9 de septiembre de 2023, pasadas las nueve de la mañana. La trabajadora de un hostal avisó a la Guardia Civil por la presencia de un grupo de personas que armaban escándalo y molestaban a otros clientes. Los agentes acudieron; recibieron insultos y la negativa a la identificación. Entonces, empezó la secuencia de agresiones a los agentes, con una primera bofetada de la única mujer acusada. Los guardias civiles pidieron refuerzos; estos llegaron, fueron acorralados y agredidos en plena calle de Valmojado.