La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac), dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, ha publicado el informe técnico sobre un accidente ocurrido en el aeródromo de Casarrubios del Monte el 13 de septiembre de 2023. Hubo tres heridos de diversa consideración. La investigación ha determinado como causa la realización de una aproximación con exceso de velocidad, seguida de una toma incorrectamente efectuada.
El piloto y dos pasajeros despegaron del aeropuerto madrileño de Cuatro Vientos en una aeronave para un vuelo local. El plan incluía el aterrizaje en el aeródromo segoviano de Fuentemilanos para regresar a Cuatro Vientos. Ya en la provincia de Segovia, la lluvia motivó un cambio y el aterrizaje alternativo en Casarrubios del Monte.
La grabación de una de las cámaras revela que la aeronave tocó en la pista aproximadamente a los 425 metros del inicio de la zona asfaltada, unos 125 metros pasado el umbral de la cabecera de la pista.
La huella que dejó la rueda derecha se extendía desde 270 metros antes del final de pista y se prolongaba 15 metros más por la tierra, hasta el borde del terraplén. Por el contrario, la huella de la rueda izquierda empezaba a los 120 metros del final de pista e igualmente llegaba hasta el borde del terraplén.
La marca de la rueda delantera llegaba también hasta el borde del terraplén (esos 15 metros más allá de la zona asfaltada). «En el terraplén no se observaba la rotura de ninguno de los matorrales o árboles de poca altura que componen su vegetación, lo que sería compatible con las imágenes que captó una de las cámaras del aeropuerto, en la que se veía que el avión no caía por el desnivel, sino que pasó por encima del mismo, sobrevolándolo a baja altura, llevando cierta velocidad hasta que se desplomó», detalla el informe.
La aeronave quedó en posición invertida (boca abajo) y presentaba un fuerte impacto en la zona delantera que afectaba al cono de la hélice y en la parte inferior del fuselaje, principalmente en la zona del alojamiento de la pata delantera y en la zona trasera del compartimento del motor. Los dos planos tenían golpes y cierta deformación en las respectivas puntas, en la zona del borde de ataque, pero el plano izquierdo en concreto presentaba cierta pérdida de material. Las dos ruedas, nuevas, tenían evidentes signos de deformación y desgaste. «El desgaste que presentaban ambas ruedas corroboraría que pisó los frenos con fuerza y que el avión frenó y finalmente deslizó», apunta en el análisis.
Tres testigos acudieron al lugar del accidente para auxiliar a las víctimas. El piloto tenía 26 años y licencia desde enero de 2021, expedida por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.
«En este suceso, toda la información analizada es coincidente y apunta en el mismo sentido, que difiere de la percepción que tuvo el piloto, en cuanto a cómo se produjo el accidente», destaca el informe. Y asevera que el avión se incorporó al circuito del aeródromo de manera un tanto irregular, sin seguir exactamente las indicaciones de los procedimientos del aeródromo.
«El hecho de que una huella de las ruedas tenga mucho más recorrido que la otra se debió a que tal y como indicaron los testigos, la aeronave llevaba el plano derecho más bajo. Y dado que el avión iba con excesiva velocidad, a pesar de que estaba tocando en la pista, todavía no estaba asentado del todo y tenía algo de sustentación, por lo que la frenada no fue efectiva del todo, especialmente la de la rueda izquierda, cuyo apoyo en el asfalto era menor que la de larueda derecha derecha por llevar cierto ángulo de balance hacia la derecha», concluye.
El informe menciona que el piloto disponía de 475 metros para haber detenido el avión en el asfalto. «Sí que hubiera podido pararlo, a pesar de aterrizar con un exceso de velocidad», subraya. Sin embargo, añade: «Una vez que no logró detenerlo, ya no tenía pista suficiente para despegar».