Que se impulsen las estrategias de Atención al Daño Cerebral adquirido de carácter regional y nacional y que se tengan en cuenta todas las secuelas que afectan a la vida, también aquellas que no se ven, son algunas de las peticiones que desde la Federación Española de Daño Cerebral y su movimiento asociativo, del que la Asociación de Daño Cerebral Sobrevenido de Castilla-La Mancha (ADACE-CLM) forma parte, reclaman en su Día Nacional.

La celebración de este día persigue visibilizar las consecuencias del daño cerebral adquirido, una lesión repentina en el cerebro que puede ser provocada por un ictus, un  traumatismo craneoencefálico, un tumor cerebral, una anoxia o una infección.

Pero el daño cerebral va más allá de sus causas. Y es que el cerebro, explican en nota de prensa desde ADACE, se encarga de los movimientos voluntarios, como caminas o extender un brazo, pero también controla otras funciones que no se ven, como la respiración, la digestión, el habla o la memoria.

Una lesión en el cerebro puede alterar la capacidad para desarrollar estas funciones, que afectan a las relaciones con otras personas, el trabajo, el ocio o los estudios, acciones de la vida cotidiana «que se pueden convertir en grandes retos» para las personas con este daño.

La toma de conciencia sobre las barreras que encuentran las personas con daño cerebral adquirido  ha traído avances en la atención, la capacidad jurídica y la accesibilidad «pero aquello que no se ve no recibe la adecuada rehabilitación y dificulta la inclusión y el apoyo a las familias».

Por ello, desde la Federación reclaman que se tengan en cuenta todas las secuelas, también  las que no se ve. A ello se suma la elaboración de un censo completo del número de personas con daño cerebral adquirido en España y que se cree la categoría diagnóstica 'Daño cerebral adquirido' aplicable en el momento del alta hospitalaria.

La inclusión de la familia como parte beneficiaria del proceso de atención, y no solo como parte colaboradora, y que se tengan en cuenta las necesidades específicas de estas personas con mayor vulnerabilidad en l os planes de atención sociosanitaria, son otras de las peticiones. Porque «una vida salvada merece ser vivida con dignidad».