Las pernoctaciones hoteleras crecen un 4,5% hasta julio

Á. de la Paz
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Se acumulan casi 550.000 estancias en Toledo en los siete primeros meses, unas 25.000 más que en las mismas fechas de 2023. La primavera es la estación preferida

Las noches disfrutadas en los hoteles de Toledo aumentan. - Foto: Yolanda Lancha

Las pernoctaciones registradas en la ciudad de Toledo repuntan un 4,5% hasta julio respecto al volumen de noches disfrutadas en el mismo periodo del año anterior. Hasta el séptimo mes, se han acumulado 549.493 estancias en estancias hoteleras, casi 25.000 más que hasta julio de 2023. Se trata de un indicador que confirma el empuje del sector turístico, lejos de la ya conjurada amenaza de la pandemia y con el incremento de precios aún por resolver.

La actividad turística en la capital regional alcanza uno de sus mejores momentos históricos. El pasado mes de mayo, una fecha marcada por la festividad del Trabajo y el puente por la solemnidad del Corpus Christi y el Día de la Región, se rebasaron por primera vez desde que existen registros las 100.000 pernoctaciones mensuales.

El dato relativo al mes de julio muestra un tímido incremento del 0,3%. Con la llegada del verano, las estancias contratadas por los viajeros alcanzaron las 72.728 noches, algunas más que las 72.488 del pasado año, pero por debajo de los datos correspondientes a marzo, abril, mayo y junio. Tanto la primavera como el otoño, las dos estaciones de entretiempo -a la sazón, las más benignas por temperatura-, tienden a ser las más favorables para este indicador año tras año.

Los visitantes nacionales suponen el principal aporte al mercado  turístico toledano. El 69,3% de las pernoctaciones se corresponden con este grupo de viajeros procedentes del interior del país. Las llegadas desde el extranjero con intención de disfrutar de al menos una noche en la ciudad se resienten: entre enero y julio del pasado año, este colectivo firmó 183.215 pernoctaciones; en el mismo periodo del año en curso, el volumen de contrataciones ha caído hasta las 168.445 estancias. Aunque en los primeros meses del año, el comportamiento del visitante foráneo respecto al hospedaje resultó más halagüeño que durante el año anterior, los datos más recientes parecen truncar una evolución que en los últimos años ha sido positiva y de la que se han beneficiado los hoteles de la ciudad.

Por otra parte, el reto de estirar la estancia media emerge como una de los desafíos que enfrenta el sector turístico de la ciudad. En julio, este indicador se situó en las 1,54 noches por persona. Solo en dos meses, febrero y marzo, se ha superado la barrera de 1,6 días por visitante. En cualquier caso, las cifras que arroja este apartado tienden a ser aún más bajos en los meses de julio, una fecha de temporada alta en destinos de playa, pero con menor atractivo en Toledo.

Las cifras de viajeros también confirman el buen momento del turismo en Toledo y muestran una evolución similar a la estadística de las cifras de pernoctaciones. Hasta julio, han sido 348.548 las personas que han dormido en los hoteles de la ciudad. La cantidad rebasa en un 8,7% el dato acumulado en los siete primeros de 2023. Sin embargo, y pese al descenso registrado en las contrataciones hoteleras, la cifra de viajeros internacionales sube, desde los 94.772 de este año hasta los 104.987 del presente.

UN MES CON MENOS ACTIVIDAD. La ciudad tuvo en julio 61 establecimientos abiertos. Se trata de una cifra estimable dentro de la serie histórica más reciente, aunque inferior a los 66 que estuvieron disponibles en mayo, el mes de los récords. Hubo 2.179 habitaciones en las fue posible alojarse, el dato más bajo desde el mes de enero -el único con un dato inferior a las dos mil. El grado de ocupación de las habitaciones se hunde 20 puntos respecto a mayo: en el quinto mes del año se colmaron el 79,47% de las estancias; en el séptimo, apenas el 59,07%. Pese al descenso, el guarismo resultantes es un par de décimas superior al de julio del pasado año.

Cabe reseñar, aunque tal eventualidad sea tan conocida como evidente, la mejor respuesta del turista en los fines de semana. La ocupación hotelera en Toledo durante los días laborales se quedó en el último mes del que se tienen datos en un magro 52,27%, frente al 66,67% que se alcanzó los sábados y domingos.

Presumiblemente, agosto mejorará a julio e iniciará el tradicional ascenso de todos los otoños.