El tambor ceremonial de la Cochinchina

Esther Rodríguez López
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Se trata de un instrumento musical cargado de significados simbólicos que puede contemplarse en la exposición temporal 'Los lenguajes de la música. La colección de instrumentos musicales del Museo del Ejército'

El tambor ceremonial de la Cochinchina

Elaborar un proyecto de exposición temporal como el que actualmente puede visitarse en el Museo del Ejército, implica un trabajo que se va construyendo a lo largo de los meses, atendiendo a múltiples aspectos que finalmente se han materializado en esta muestra expositiva titulada 'Los lenguajes de la música. La colección de instrumentos musicales del Museo del Ejército'. 

Los instrumentos expuestos establecen un diálogo con los visitantes mediante el cual llegamos a conocer la importancia y los significados que tuvieron tambores, cornetines, gongs y cascabeles, por nombrar sólo algunos de ellos, en el seno de las sociedades de las que son exponente cultural. Divididos en dos ámbitos, instrumentos militares e instrumentos de carácter etnográficos, la exposición propone un recorrido acompañado de códigos QR que nos permiten escuchar esos lenguajes de la música presentes en la sala.

Los trabajos de investigación y restauración realizados nos han acercado a aspectos hasta ahora menos conocidos de alguno de estos instrumentos. El caso del tambor ceremonial y su maza, llegados en el siglo XIX al museo desde la lejana Cochinchina (actual Vietnam), nos ha permitido adentrarnos en el mundo de las lacas orientales y los significados de una mitología poblada de dragones, serpientes o flores de loto.

En primer lugar, la restauración nos posibilitó establecer con seguridad que ambas piezas formaron un conjunto. Esta maza larga con el cabezal esférico forrado de cuero, se realizó con el mismo tipo de madera que el bombo ceremonial y se cubrió con el mismo tipo de pintura. Aunque en nuestra colección este tambor aparecía asociado a una maza corta (que pertenece al gong también expuesto), los trabajos de limpieza y consolidación junto con la investigación de la documentación histórica y las huellas de uso analizadas en los parches de piel sobre los que se golpeaba, nos permitieron asociar estas mazas con sus respectivos instrumentos de manera correcta. 

Por otra parte, nuestro tambor se fabricó a partir de un tronco de madera vaciada y dos parches de piel recortados y claveteados, mientras que la superficie exterior se cubrió con una laca oriental de color marrón que sirvió de base para la decoración dorada, perdida en gran parte, que aún deja ver figuras zoomorfas características de la mitología oriental. Esta riqueza decorativa y el lacado externo, trabajo de gran destreza técnica realizado a base de capas de savia de árbol, nos muestran que estamos ante un instrumento musical con un indiscutible valor artístico, histórico y documental.

La combinación de la música y las imágenes de poderosos animales como el dragón, símbolo del poder y la fuerza del emperador; el fénix, expresión de la virtud y la sabiduría de lo femenino o la flor de loto; que se eleva por encima de las aguas como se eleva el espíritu y el amor eterno, dotan a este Instrumento musical de un poder mágico propio de las creencias del pueblo vietnamita. Este tipo de tambores sonaban en los templos para llamar a la oración, marcar el paso de las horas así como participaban en celebraciones cortesanas como el Nha Nahc. Ceremonial que se realizaba en los templos y palacios de la antigua Cochinchina al menos desde el siglo XV y que puede visionarse accediendo al código QR que acompaña a este instrumento en la exposición.