Para Carlos Gómez, el resultado de 1-0 a favor del Atlético Albacete no refleja «los méritos de ambos equipos». Sin dejar de reconocer que cuajaron una mala primera parte, sí que defiende la reacción en la segunda, con «suficientes ocasiones, no solo con remates sino con balones que se pasean y que están cerca de la línea de gol», para haberse llevado premio de la Ciudad Deportiva Andrés Iniesta.

El entrenador verde cree que el acierto volvió a ser determinante, y que, quizás, les pudo «la ansiedad y la precipitación de tener que dar la vuelta al marcador». Y es que, «no es normal que con una producción ofensiva así», su equipo volviera sin goles.

Dentro de su análisis, vio un primer tiempo en el que «ninguno de los dos equipos estuvo bien». Después, llegó el tanto del filial, «en su primer tiro, en una acción en la que no estuvimos contundentes», cuenta Carlos Gómez. Eso provocó «el partido que les interesaba», sigue diciendo.

Reconoce que sus jugadores estuvieron «espesos, precipitados e imprecisos», aunque también es verdad que los locales tampoco les desarbolaron: «Se alimentaron de nuestros errores, de robar y correr, para penalizarnos al espacio». Piensa el entrenador albaceteño que esto pudo cohibirles y empujarles «a un juego no tan fluido como en otras ocasiones».

Todo cambió en la segunda parte, en la que, desde su punto de vista, «la gente de arriba estuvo más cerca del área». Y añade que, de haber marcado pronto, incluso podrían haberse llevado un premio mayor que el empate, que ya merecieron.

Carlos Gómez rescata «cosas muy positivas». Lo primero es que el CD Toledo «compite siempre» y también entiende que, «cuando no es capaz de ganar, acaba acosando y metiendo a los rivales en su portería». Es algo que pone en valor y considera que debe servirles «para más adelante». La siguiente oportunidad llegará el próximo domingo 22 de octubre en el Salto del Caballo frente al AD San Clemente.