La Mancomunidad de Río Frío, concretamente cuatro de las localidades, han empezado el verano con sobresalto. El olor y el color en el servicio de agua han evidenciado los problemas del abastecimiento, declarado desde hace dos meses como no potable. El colectivo demanda reformas valoradas entre 250.000 y 300.000 euros en la potabilizadora de la presa de San Vicente, la alternativa que funciona ahora para abastecer a Sevilleja de la Jara y su pedanía de Gargantilla, El Campillo de la Jara y Aldeanueva de San Bartolomé (Aldeanovita).
Así lo explica el tesorero de la mancomunidad y alcalde de Sevilleja, Faustino Ollero, quien encargó el pasado día 11 un tráiler de 10.000 litros de agua embotellada para ayudar a los vecinos a costear los gastos de beber. Ese mismo día, los buzos contratados intentaron solucionar los problemas de la captación en la presa que hacen que el agua llegue defectuosa y continuarán la próxima semana. Además, la potabilizadora está obsoleta y necesita esta inversión cuantiosa.
«Espero que el problema no continúe todo el verano por nuestro bien», comenta Ollero, quien menciona que la potabilizadora de la presa se construyó hace más de 20 años pero apenas se ha utilizado porque recurrían a Río Frío, que ofrece agua de mejor calidad. Sin embargo, la escasez de reservas en los últimos meses han motivado un viaje de ida y vuelta entre estos embalses que ha deparado ya dos meses sin agua potable.
Estos problemas han provocado desde hace tiempo el interés por privatizar un servicio que ahora gestionan los cuatro localidades mencionadas, más La Estrella, La Nava de Ricomalillo y Buenasbodas.
El alcalde de San Bartolomé de las Abiertas y presidente en funciones de la Mancomunidad del Pusa, Esteban Benito Blázquez, aseguró que la cantidad de agua no está comprometida para los 10 municipios integrantes y dos pedanías, pero sí la calidad. Los Navalmorales declaró el pasado día 5 el abastecimiento como no potable y no escasualidad.
Se trata de un problema histórico en verano en esta mancomunidad. «Sobre todo desde hace unos años porque la infraestructura está obsoleta», lamenta al respecto el representante, quien reclama ayudas de la Junta y de Diputación.
A finales del año pasado, las 12 localidades (Los Navalmorales, Espinoso de Rey, Torrecilla de la Jara, Villarejo de Montalbán, San Martín de Pusa, Malpica de Tajo, Santa Ana de Pusa, Retamoso, San Bartolomé de la Abiertas, La Pueblanueva y las pedanías de Las Vegas y Bernuy) se quedaron durante semanas sin agua potable. «Necesitamos inversión, muchas infraestructuras para garantizar la calidad del agua», asevera, por ejemplo, de la potabilizadora.
Por otro lado, la Mancomunidad de la Campana de Oropesa y Cuatro Villas continúa con el abastecimiento este verano sin ninguna incidencia, como comentaron los alcaldes consultados. La planta se abastece de la presa de Navalcán, que registra ahora mismo 24 hectómetros cúbicos de reservas.
De esta manera, reina la tranquilidad para las localidades de Navalcán, Parrillas, Las Ventas de San Julián, La Corchuela, Oropesa, Lagartera, El Puente del Arzobispo, El Torrico, Valdeverdeja, Alcolea del Tajo, El Bercial, La Calzada de Oropesa, Herreruela de Oropesa, Alcañizo, Caleruela y Torralba de Oropesa.
En otra parte de la provincia, la Mancomunidad de Servicios ‘Cabeza del Torcón’, que agrupa a diez municipio de los Montes de Toledo, dispone de agua suficiente en el embalse de abastecimiento para el consumo en lo que resta de 2019. Los cálculos de la empresa que gestiona la infraestructura garantiza las reservas actuales al menos hasta diciembre. Por lo tanto, no se repetirán los graves problemas acaecidos en 2017 cuando los diez municipios debieron prohibir el consumo a las granjas, e incluso limitar el gasto en las viviendas.