De no ser por los tropiezos de los rivales, la afición del CD Toledo habría perdido ya la ilusión y el aliento. Si es que alguno ya no lo ha hecho, al menos, pidió la dimisión de Alfredo Santaelena a pitar el árbitro. Se le presentó a su equipo un partido pétreo ante el CD Tarancón que acabó con el mismo resultado que empezó. Lo peor es que la producción ofensivo fue pobre y escasa. Y, aunque el contrario apenas inquietó a Dani Simón, los de Alfredo Santaelena transmitieron de nuevo la sensación de no tener capacidades para alcanzar el 11 de mayo el objetivo prioritario.
No fue el despliegue habitual, la verdad. A llegadas locales (a espasmos), se intercalaron momentos de posesión y de ocasiones del cuadro de Jorge Cañete. A los pitos generados al decir el nombre de Santaelena por megafonía, al repasar la alineación, se añadió alguno tímido por no ver ese agobio al que suele someter el Toledo a sus rivales en el Salto del Caballo.
En verdad, poquito a poco, la pelota se fue quedando más en los pies de los verdes. Al margen de un córner que no se remató bien, en el minuto 14, Mancebo disparó por primera vez. No fue entre palos. Tiró por tirar. Por acabar la jugada.
Los aficionados acabaron desesperados - Foto: David PérezEn el tramo inmediatamente posterior, el dominio pasó a ser del Tarancón. Sin tampoco mucho que ofrecer en ataque. La afición celebró el remate de cabeza de Mazzocchi en una falta lateral sacada por Rodri. Había terminado dentro, pero Massat (el árbitro) no lo dio validez en el momento. Su asistente lo tenía claro.
Alfredo tuvo que gastar un primer cambio pronto, por la lesión de Chupi. Entró Álvaro. El CD Toledo, a fogonazos, empezó a inquietar algo más. Al final, en el minuto 31, un centro de Angelito lo cabeceó Mazzocchi hacia la portería, pero Leyva no se dejó sorprender. Cogió la pelota sin problemas. Fue otro de esos centros al tuntún. Hubo bastantes.
El encuentro estaba reflejando el aura de los días dramáticos. Desde la salida de Chupi, se generó alguna ocasión, como la del gol anulado por fuera de juego, pero no tuvo la continuidad necesaria como para perseguir los tres puntos. Además, el Tarancón regresó a otra fase de querer tenerla. Y la tuvo. Le faltó meter un buen susto.
Los aficionados acabaron desesperados - Foto: David PérezNi al contragolpe. Mancebo tampoco pudo enderezar las incorporaciones al ataque. Parece ya contagiado de la bulia generalizada de sus compañeros. El caso es que llegó el descanso sin poner nada encima de la mesa.
Hubo gente comentando que estaba perdiendo el Atlético Albacete. Error. A este equipo es mejor no meterle más problemas en la cabeza. El caso es que hubo división de opiniones al entrar en los vestuarios: pitos y aplausos a partes iguales. Y lo curioso es que hubo indiferencia con el árbitro. Raro, raro.
En la historia de amor-odio entre, la afición tenía reservada una pequeña ovación para salir a la segunda parte. Hay muchos fieles. No se rinden. La primera aproximación fue para el Tarancón, pero, luego, los de Alfredo Santaelena se dejaron ver por el área de Leyva. Sin profundidad. Sin ideas a balón parado. Hasta el punto de ser desesperante.
Mancebo parecía entonarse, pero las asociaciones... El Toledo se mostró como ese equipo previsible en sus movimientos. En cualquier caso, a veces hay lucidez. Coko en un centro de Stevens con la pierna izquierda que Mazzocchi remató en medio chilena. Leyva estaba atento para detenerla. Le salió muy centrada.
Enfrente también hay calidad. Y el Tarancón, con una falta directa de Ali, obligó a Dani Simón a irse al palo derecho a evitar el peligro. El duelo se convirtió en un partido de tenis, en cuanto a llegadas, por lo menos. Stevens puso un centro lateral muy bueno que no llegó a rematar Álvaro. Estaba en superioridad. Santaelena protestó el supuesto fuera de juego señalado por el asistente. No servía de nada.
El técnico madrileño tenía que jugársela, y ordenó un triple cambio, pero, antes, Álvaro recortó dentro del área para chutar después. Se topó con un defensor. El Toledo se vio en otro arreón momentáneo. Uno de los cambios era Óscar. Pues quitó a Mazzocchi. Los riesgos todavía no son altos, parece ser. Y el Manchego había anotado el segundo en Albacete.
Por lo menos, Mancebo pasó a jugar más por dentro. Caturla entró de tapón para evitar posibles transiciones del rival. Pero, pasaron los minutos, y el ambiente se fue caldeando. El Toledo empezó en modo precipitación. Y la gente, en el de impaciencia.
La protesta se intensificó con una caída de Stevens dentro del área, en el minuto 78, en una entrada de Ali. Un gran porcentaje de gente vio penalti. Entre ellos, Andrés París, uno de los ayudantes de Santaelena, que fue expulsado, aparentemente por no decir nada, sino por levantar la mano. La última modificación fue Mauri por Álvaro, que ya había sido sustitución anteriormente.
Con la templanza, es más fácil llegar. Tras verse en alguna jugada embarullada en propia área, Mancebo pudo dar un pase de gol atrás, con un centro desde el lado izquierdo, que le salió demasiado horizonte. Y la agarró Leyva sin problemas.
El Tarancón no estaba firmando el 0-0. Pero casi, casi. Valverde probó de forma directa una falta que le botó mal a Dani Simón. Se temió lo peor. Al menos, tampoco tuvieron los blanquiazules la claridad necesaria para filtrar un buen pase. Tampoco sufrieron un acoso terrible del de casa, del local, del que, en teoría, quiere subir en mayo.