Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Discurso demoledor del PSOE contra Feijóo

27/09/2023

Nunca, en un debate de investidura, el candidato a la presidencia del gobierno no ha tenido como interlocutor a su rival. Este martes pasará a la historia como el debate en el que Pedro Sánchez no quiso debatir contra Alberto Núñez Feijóo. Un gesto de desprecio, evidentemente, aunque en las filas del PP le acusaron de cobardía. Desprecio, simplemente.

La prueba es que Sánchez eligió para debatir con Feijóo a Óscar Puente, exalcalde de Valladolid que fue perdedor en su primer mandato pero logró los apoyos necesarios para hacerse con el gobierno municipal y, en el pasado marzo, ganó las últimas elecciones pero se ha quedado sin alcaldía. Hace dos años Sánchez lo cesó como portavoz del PSOE nacional. Se le nota hace tiempo que sangra por las dos heridas, y su intervención para tratar de descalificar a Feijóo fue brutal. No contaba con la mejor biografía para ser adversario de quien ha sido presidente del gobierno gallego con cuatro mayorías absolutas, ha ganado las últimas elecciones y pretende ser presidente del gobierno. Y Feijóo no perdió la ocasión de recordarla.

Óscar Puente hizo una intervención absolutamente demoledora para Feijóo, que evidentemente ha dañado a la imagen del candidato aunque Feijóo se defendió con cierta soltura, pero se le notaba herido.

Un dato demuestra que Sánchez preparó a fondo el debate: él no pensaba ponerse al nivel de Feijóo, designó como rival a una persona de segundo nivel en el partido… que cumplió bien lo que se esperaba de él. Además de los ataques personales a Feijóo, Puente no pronunció ni una sola vez las palabras amnistía, independencia, referéndum ni Puigdemont, sino que desgranó los trapos sucios del PP -que los hay, a lo largo de su historia-, en la mayoría de los casos ajenos a Feijóo. Óscar Puente, crecido, incluso pronunció frases absolutamente despreciables hacia Galicia, más allá de las dedicadas a Feijóo.

El debate de investidura que continuará mañana, ha quedado marcado por la intervención de Óscar Puente y la breve réplica que le hizo Feijóo, que quiso así marcar distancias con el fondo y la forma de la desproporcionada intervención de Puente. Esa intervención, y la "ausencia" de Sánchez como muestra del desprecio al candidato, ha impregnado un debate que nunca debió desarrollarse en esos términos.

Por la mañana, al presentar su candidatura a la presidencia del gobierno, Alberto Núñez Feijóo empezó su intervención con fuerza, pronunciando la palabra "amnistía" en el primer minuto. Lo pudo decir más fuerte, pero no más claro: la amnistía no cabe en una democracia. Se presentó como un candidato que podría ser presidente de gobierno si aceptara determinadas exigencias para sumar los votos necesarios, pero no va a claudicar: "Tengo a mi alcance los votos necesarios, pero no admito las condiciones que me ponen para serlo. Tengo principios, límites y palabra".

Reivindicó el valor de esa palabra, de la palabra dada, y criticó a quien cae en "mentiras continuadas que la gente no merece". Aseguró que él no acepta la tutela moral de nadie pero no pretende imponer a nadie la suya, y como candidato dedicó gran parte de su intervención a exponer su programa de gobierno, expresando su intención, si es presidente, de llegar a grandes pactos de Estado que incluyen la economía, el problema territorial, educación, sanidad, justicia, agua, medio ambiente… Desgranó durante casi dos horas multitud de datos sobre cómo abordaría esos pactos, en los que se trascendía su desacuerdo con las políticas de un Sánchez excesivamente generoso en la aprobación de medidas generalizadas sin tener en cuenta la situación económica de quienes recibían dádivas, llegando a calificar de inmoral el gratis total de una serie de dádivas que tenían como objeto garantizar el voto de pensionistas y de los jóvenes.

Feijóo fue demoledor con el gobierno de Sánchez, y muy prolijo al explicar su proyecto de gobierno si llega a ser presidente. Lanzó pullas muy gráficas sobre las pretensiones de los independentistas y nacionalistas, que encuentran terreno abonado en la actitud de Pedro Sánchez; mencionó la falta de respeto con el que determinados partidos tratan al Rey, se refirió a las purgas que promueve Sánchez en su partido con aquellos que discrepan, también dedicó palabras al encuentro de una vicepresidenta del gobierno con un prófugo de la Justicia, adelantó propuestas para la renovación del CGPJ, la independencia de las instituciones, la preservación del medio ambiente, las lenguas regionales… dos horas largas de exposición de un programa de gobierno con decisiones que afectan a todos los campos políticos, sociales y económicos. Con un "recado" que dejó al PNV al final de su exposición: ¿Quién les garantiza que no se va a aplicar la política económica de Podemos? Para añadir que él, al menos es "un político de fiar".

Un debate de investidura que discurría por los cauces habituales hasta que, al iniciarse la sesión de tarde, el hemiciclo escuchó con sorpresa que en nombre del PSOE tomaba la palabra el diputado Óscar Puente. Estupefacción absoluta.

Feijóo, se le notaba, era consciente de lo que significaba que su contrincante no fuera el presidente en funciones, sino alguien de discutible trayectoria en el PSOE, Óscar Puente. No se trataba de un acto de cobardía de Pedro Sánchez, sino una intolerable demostración de desprecio a quien aspiraba a ocupar su puesto en Moncloa.