A la sinrazón terrorista le respondió un mar de solidaridad. Decenas de toledanos acudieron a sus centros de salud para donar sangre en la misma mañana del 11M. Entretanto, y con el recuento de víctimas aún sin cerrar, se sucedieron las muestras de repulsa. En la ciudad de Toledo, se celebraron minutos de silencio en las entradas de Diputación y Delegación del Gobierno; la concentración en la plaza del Ayuntamiento reunió a miles de personas. Las banderas lucieron a media asta; la campaña electoral quedó suspendida. El día anterior, la capital regional había acogido un mitin del PSOE en el que habían participado el candidato José Luis Rodríguez Zapatero, a la postre presidente del Gobierno, y el líder autonómico José Bono.

Bajo  el lema «Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo», el Gobierno de España convocó una gran manifestación institucional para la tarde del 12 de marzo en todas las ciudades españolas. La marcha de Toledo, bajo una lluvia incesante, reunió a unas 40.000 personas, la mayor concurrencia desde la restauración democrática. En Talavera se cifró en 30.000 vecinos los asistentes. En Illescas fueron unos 6.000 los participantes. Al mediodía, los estudiantes organizaron un acto de condena al acto terrorista y tanto empleados públicos como trabajadores de  empresas privadas secundaron emocionados minutos de silencio.

La ministra de Exteriores, Ana Palacio, participó, junto al entonces alcalde José Manuel Molina y el vicepresidente regional, José María Barreda, en la multitudinaria manifestación celebrada en Toledo. Muchos comercios cerraron aquella tarde. Escaparates y balcones mostraron diferentes símbolos de repulsa y homenaje a las víctimas.