La gran familia de Bartolomé Nicolau

Daniel Pérez
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Una gran representación de parientes cercanos del que fuera fundador del colegio Nuestra Señora del Carmen en Talavera, visitó ayer las instalaciones del centro educativo que recibe su nombre y recordaron toda su trayectoria.

Los 140 alumnos del Colegio Público Bartolomé Nicolau recibieron en la mañana de ayer una visita  que, a buen seguro, les hará cambiar radicalmente su percepción sobre su centro educativo. Una numerosa representación de la Familia Nicolau visitó por primera vez las instalaciones de una escuela que desde el 1 de agosto de 2011 recibe el nombre de Bartolomé Nicolau. Este encuentro se produjo dentro de las actividades programadas por el centro en su Semana Cultural que en esta edición se centró en ‘Don Quijote de la Mancha’.

Tras visitar las dependencias del colegio, con la directora del colegio, Sara Rubio, de anfitriona, los hijos, nietos y demás familiares de Bartolomé Nicolau se reunieron en el patio con todos los alumnos para explicarles la importancia que tuvo su figura en Talavera tanto a nivel educativo como cultural. Emocionado y nervioso, su hijo mayor, Juan Nicolau, ejerció de portavoz y explicó a los niños porqué su padre merecía ser reconocido por toda la comunidad educativa.

Bartolomé Nicolau nació el 23 de abril de 1908 en un pueblo de Mallorca y acabó en Talavera por casualidad. Su hermano José, que era sacerdote, se trasladó a esta ciudad y llevó a Bartolomé a la Fundación Joaquina Santander cuando éste solamente contaba con 19 años. Fue en Talavera donde comenzó su pasión y sus estudios por el magisterio y donde, con el paso de los años, se hizo muy popular. Un año antes de que se desatase la Guerra Civil, conoció a su mujer, Concha Castro, con quién llegó a tener doce hijos aunque dos de ellos fallecieron prematuramente.

Finalizada la contienda bélica, fundó en la ciudad un colegio llamado ‘Nuestra Señora del Carmen’ en la antigua plaza de la Aravaca. La escuela prosperó tanto gracias a su labor, que durante las décadas de los 40 y 50 se hizo muy popular llegando a convertirse en el más célebre de Talavera. Incluso en algunos momentos tuvo que dejar fuera a muchos alumnos por falta de capacidad. La mejor etapa de su vida transcurrió durante estos años, sin embargo, la necesidad de comer, propiciada por sus diez hijos, le hizo tomar una de las decisiones más importantes en su vida, dejar la docencia para pasar a trabajar para la administración pública.

Su trascendencia en la ciudad creció a raíz de su idea de fundar en la ciudad la Voz de Talavera. Un semanario que llevó a cabo con la colaboración de Juan Antonio Castro entre otros. Desde este medio de comunicación llevó a cabo muchas campañas con las que consiguió, entre muchas otras cosas, cambiar el órgano de la Virgen del Prado que en ese momento era viejo y funcionaba mal.

Entre las anécdotas que contó  Juan Nicolau, destaca que su padre conoció el cuento de Heidi mientras impartía clases particulares tras acabar su jornada en su colegio.  Era tan precaria económicamente su situación, que Bartolomé se emocionó al explicar a su hijo que no podría comprarle ese cuento.

Apasionado de la música y la naturaleza, Bartolomé Nicolau compartió vivencias con Eusebio Rubalcaba, con el que participó en el coro, y con Benito de Lucas, que posteriormente fue el presentador del homenaje que le rindieron sus alumnos unos años antes de finalmente fallecer el 4 de marzo de 1985. En este evento pasó lista por última vez a sus alumnos, unos estudiantes que siempre recordarán su implicación en la docencia y cultura de Talavera.