La criminalidad crece un 34,1% en la provincia desde 2016

Á. de la Paz
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En el último año, aumentan hasta 31 los casos de homicidio en grado de tentativa y repuntan alrededor de un 50% tanto las lesiones producidas en peleas multitudinarias como las sustracciones de vehículos

Imagen de archivo de un detenido custodiado por dos agentes de Policía Nacional y un guardia civil. - Foto: David Pérez

La actividad delictiva en la provincia alcanzó en 2024 el mayor volumen de casos registrados de la serie histórica, con 33.537 infracciones penales conocidas por los diferentes cuerpos policiales que operan en el territorio. Este dato supone un incremento del 3,7% respecto al ejercicio de 2023. La comparativa con 2016, el primer año en que el Ministerio del Interior ofreció estadísticas trimestrales de criminalidad, eleva el repunte hasta un preocupante 34,1%, un desarrollo que supone la incorporación de unos 8.500 casos (a los aproximadamente 25.000 existentes) en menos de un decenio.

En el último año, la criminalidad convencional empuja al alza los supuestos ilícitos en el territorio toledano. Este conjunto de hechos agrava su incidencia en el último año, con 26.736 casos, un 6,4% más que en 2023. Los apartados que contemplan un mayor repunte en términos relativos son los relacionados con los asesinatos en grado de tentativa, las lesiones por riña tumultuaria y las sustracciones de vehículos, con crecimientos aproximados del 50% interanual.

Uno de los peores datos de la última revisión se observa en los delitos de homicidios dolosos y asesinatos en grado de tentativa, una categoría en la que se conocieron 31 hechos el pasado año, lo que supone un 72,8% de casos más que en el ejercicio pretérito, cuando se registraron 18 casos de este tipo. Al mismo tiempo, se contabilizaron tres asesinatos consumados, la misma cifra que en 2023.

Otro importante repunte se produce en la categoría de lesiones por riña tumultuaria, un apartado que acumula 559 delitos, un 48,3% más que en 2023. Los datos apuntan a la existencia de un mayor número de reyertas en la provincia.

Por otra parte, la evolución de los robos, un atentado menos lesivo que otros, aunque con un mayor potencial para acumular casos, confirma un preocupante crecimiento. El pasado año, hubo más casos de robos con fuerza en establecimientos, aunque cayeron los hechos de esta índole en domicilios particulares. El total de ataques contra locales y espacios donde se desarrolla una actividad económica se elevó un 7,6%, hasta los 2.392 hechos, aunque cayeron un 5,4% los que se produjeron contra domicilios particulares.

Las sustracciones de vehículos, otros hechos que implican la perdida de un bien de manera ilícita, se disparan un 50,9% respecto al ejercicio pretérito, con 427 casos. Se trata de otro capítulo que, aunque no genera una repercusión directa sobre la integridad del ciudadano, sí contribuye a generar una sensación de desamparo.

Los hurtos, aquellos robos en los que no media intimidación, son los hechos delictivos más habituales. Durante 2024, se registraron 5.215  de este tipo, lo que supone un 3,9% más que en el ejercicio precedente.

Asimismo, y aunque con un repunte tímido, se contabilizaron 278 hechos relacionados con el tráfico de drogas, un 4,5% más interanual.

Afortunadamente, en el último año no hubo que lamentar secuestros; en 2023, sin embargo, se produjo un caso de privación ilegal de libertad en Toledo.

menos delitos sexuales. La criminalidad relacionada con la libertad sexual de las personas se redujo el pasado año un 14,5%, un descenso que rompe una alarmante trayectoria ascendente en este indicador. El total de hechos atentatorios por estas causas alcanzaron los 219 frente a los 256 de 2023.

Además, la mejoría comparativa se observa tanto en los hechos de menor trascendencia como en los más graves. Las violaciones, definidas como agresiones sexuales con penetración, caen desde las 50 de 2023 a las 43 de 2024. El resto de delitos contra la libertad sexual, entre otros, acoso, exhibicionismo o corrupción de menores, bajan a 176 desde los 206 anteriores.

baja la ciberdelincuencia. Los hechos criminales que se produjeron en el mundo virtual disminuyeron un 5,4% interanual, hasta los 6.801 casos. En el caso de las estafas informáticas, el más habitual de los delitos cibernéticos, su volumen disminuye un 6,3%, hasta las 5.888 infracciones.