Se busca nuevo líder

M.R.Y (SPC)
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El fin del mandato de Stoltenberg en octubre obliga a los socios de la Alianza a elegir al próximo secretario general de un organismo cada vez más determinante

Se busca nuevo líder - Foto: Stian Lysberg Solum

«La OTAN se encuentra en un estado de muerte cerebral», aseguraba a mediados de 2019 el presidente francés, Emmanuel Macron. Su razonamiento para expresar esta contundente frase era la falta de implicación por parte de Estados Unidos, entonces bajo el mandato de Donald Trump. Sin embargo, pronto surgieron las críticas, tanto de la alemana Angela Merkel como del líder de la Alianza, Jens Stoltenberg, que aseguraron que la organización iba a seguir siendo una «piedra angular» de la seguridad en Europa y en el mundo. 

Cuatro años han pasado desde esas declaraciones y el escenario geopolítico ha sufrido un vuelco desde entonces. Y la OTAN, lejos de estar desahuciada, ha cobrado un especial protagonismo y se ha convertido en una organización cada vez más codiciada. No en vano, su papel en la guerra de Rusia sobre Ucrania está siendo determinante y países hasta ahora alejados de la Alianza, como Finlandia o Suecia, han mostrado su interés en adherirse al grupo. El primero lo ha conseguido, el segundo está a la espera.

Y también aguarda su posible entrada en el grupo Ucrania. Esa es, sin duda, la segunda asignatura pendiente más importante para la Alianza. La primera será decidir quién será su nuevo líder, puesto que el mandato de Stoltenberg, que comenzó en 2014, se ha prorrogado ya por la guerra de Ucrania y él quiere volver a su país y ocupar la Presidencia del Banco Central de Noruega, para la que fue designado el año pasado.  De ahí que, aunque todo apuntaba a que el nórdico podría alargar su cargo hasta el próximo mes de abril, cuando la Alianza  cumpla 75 años, su salida llegará, tal y como está estimado, el próximo 1 de octubre.

Las quinielas ya han empezado, aunque no hay ningún candidato oficial. Tradicionalmente, los secretarios generales de la OTAN han sido jefes de Estado o de Gobierno, pero no se trata de una norma establecida y un viceprimer ministro o un titular de Exteriores también podría ejercer el cargo.

Lo que parece claro es que se quiere impulsar un cambio de aires y un toque de modernidad. Y, en este último aspecto, suena con fuerza la designación de una mujer por primera vez para dirigir la organización. Entre las pocas que podrían entrar en la terna están la primera ministra estonia, Kaja Kallas, su homóloga danesa, Mette Fredirksen o la viceprimera ministra canadiense, Chrystia Freeland, que también sería la primera norteamericana en llegar a la Secretaría General.

Entre los aliados europeos, parece evidente una candidatura conjunta de Polonia y los países del Báltico, cada vez más determinantes en la lucha por frenar el flanco oriental de la OTAN. Pero también quedan opciones tradicionales, es decir, la de un jefe de Gobierno de la UE. En este caso, suena con fuerza el neerlandés Mark Rutte o, incluso, el español Pedro Sánchez. En las apuestas también entran exdirigentes, como el italiano Mario Draghi o el británico Boris Johnson.

Sea quien sea el elegido, lo cierto es que le tocará liderar un organismo con 31 socios -y subiendo- que, al contrario de lo que dijo Macron, está más vivo que nunca.

Posibles candidatos

Pedro Sánchez. España

Aunque él mismo ha descartado los rumores sobre liderar la OTAN, su pérdida de apoyos en los sondeos y un posible fracaso en las elecciones adelantadas para julio hacen pensar que Sánchez pueda acabar tirando la toalla. Su excesivo protagonismo en la política exterior y la inminente Presidencia rotatoria de la UE podrían ser su mejor candidatura.

Mark Rutte. Países Bajos

Es uno de los grandes favoritos, principalmente entre los aliados de la UE, dentro del apartado de líderes en activo. Su país ha aportado tres secretarios generales a la organización. Un plus que, sin embargo, podría ser un hándicap, puesto que muchas voces apuestan por incorporar a mandatarios de naciones que aún no hayan encabezado la OTAN. 

Klaus Iohannis. Rumanía

La opción del presidente rumano para convertirse en el primer dirigente de Europa del Este al frente de la OTAN se ha ido desinflando, principalmente por la reciente renovación del vicesecretario general de la Alianza, el también rumano Mircea Geoana, hasta octubre de 2024, por lo que ya de por sí Geoana -exministro de Exteriores- podría suceder a Stoltenberg.

Kaja Kallas. Estonia

El de la primera ministra estonia es uno de los nombres que más suenan en las apuestas. Y es que cumpliría con la gran parte de los requisitos planteados: mujer, política en activo y líder de un Gobierno de Europa del Este -especialmente de un país báltico-. Su colega lituana, Ingrida Simonyte, también, aunque las posibilidades en este caso se antojan más remotas.

Boris Johnson. Reino Unido

Hace unos días, el ex primer ministro británico aseguró: «¿Encabezar la OTAN? Es una idea muy buena. Tengo esta idea y que nadie olvide que hay un candidato en la línea». Su nombre sonó con fuerza cuando ocupaba Downing Street, pero se ha ido desinflando. El titular de Defensa, Ben Wallace -nombrado precisamente por Johnson-, ha cogido más impulso. 

Chrystia Freeland. Canadá

La viceprimera ministra canadiense es la candidata del lado oeste del Atlántico. Su postulación no sería baladí: siguiendo con la idea de que una mujer encabece por primera vez la OTAN, también sería pionera como la primera americana en llegar al cargo. Su radical discurso contra la invasión rusa le ha llevado a granjearse un rol de extremista que no gusta en Europa.