El portavoz del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes, Francisco Cañizares, se mostraba ayer convencido de que en el caso de que Emiliano García-Page decidiera dejar la Alcaldía unos meses antes de que termine la legislatura, «los ciudadanos de Toledo no le echarían de menos», puesto que «le llevan echando de menos desde hace tiempo», debido a la «dejación de funciones» que viene realizando.

En todo caso, aseguraba Cañizares, «sería criticable», puesto que «si un alcalde que ha dicho que estaría cuatro años,  se va antes, no debería estar exento de críticas».

Por otra parte, el portavoz de los populares en el Parlamento regional se mostraba también convencido de que sea así o no, García-Page hará «lo que le interese personalmente», y tiene claro que «no será por dedicar más tiempo a una cosa u otra».

Para Cañizares estas «estrategias» personales «retratan a un personaje como Page», al igual que también lo hacen otras situaciones que se han producido recientemente en Toledo.

En este sentido Francisco Cañizares apuntaba a la polémica del semáforo en  Safont. «Page dice que en el remonte de Safont hace falta un semáforo», y aunque la movilidad es competencia municipal, él se dedica a «poner vallas», en lugar de colocar el semáforo.

Y es que «cuando era consejero y hacía falta un remonte en Toledo, dijo que lo hiciera el Ayuntamiento; y ahora cuando es alcalde, que lo haga la Junta».

Otro ejemplo es para Cañizares lo que está ocurriendo con el nuevo hospital de Toledo, y el empeño de García-Page en paralizar la reanudación de las obras. Una actitud que «la ciudadanía de Toledo le tiene que recriminar», continuaba el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes.

Una recriminación que ya le hicieron en las últimas elecciones europeas, donde el alcalde recibió «un bofetón tremendo».