Hace poco más de una semana, el pasado domingo 24 de marzo, el río Tajo pasaba por el Casco histórico sin llegar a los 60 metros cúbicos por segundo, un caudal superior a los 41,974 de media histórica, a los 55,474 de los meses de marzo y 50,463 de abril. Desde entonces, y gracias a las persistentes lluvias de Semana Santa, a mediodía de ayer alcazaba nada menos que los 178,2 metros cúbicos por segundo (más de cuádruple del caudal medio)en la estación que la CHT tiene a la altura de la Casa del Diamantista. La cota del río se situaba allí a 2,11 metros, 57 centímetros más que ocho días atrás.

Desde la Plataforma en Toledo en Defensa del Tajo, Alejandro Cano apunta que, evidentemente, que haya agua es una buena noticia, «porque significa que el río funciona, es bueno que haya de vez en cuando que haya alguna crecida, sobre todo, si es natural». Aunque quizás sea también una buena noticia tan solo relativa, dado que hasta donde ha podido saber, el agua que llega a Toledo viene sobre todo del Jarama, del Tajo solo ha llegado en torno al diez por ciento, según los datos de Almoguera. De hecho, en el mismo instante en el que el Tajo pasaba por el Casco con un caudal de 178,2 metros cúbicos, lo hacía por Almoguera con 9,86 y por Embocados con 10,69. ¿Qué consecuencias puede tener esto? Que en cuanto más agua llegue del Jarama, si viene solo del Jarama, «más mierda nos vendrá».

Cano explica que ya han sido varias las ocasiones en las que las crecidas del agua han ocasionado que las depuradoras de Madrid no puedan con los excedentes y directamente vierten al río, con toallitas incluidas. El ecologista apunta que es muy común en Madrid encontrar tramos de río, da igual si es el Manzanares, el Jarama o el Henares llenos de toallitas «porque se saturan las canalizaciones de contención y todo lo que rebosa, va al río».

Las lluvias cuadruplican al del Tajo, pero sin desbordamientos - Foto: Yolanda LanchaSin incidencias en las sendas. Este incremento del caudal y de la cota del río no ha causado incidencias reseñables en las sendas ecológicas de la ciudad, como apunta el concejal del Río Tajo, Rubén Lozano y confirman los vecinos de La Cornisa.

Desde esta última zona han mostrado su extrañeza, acostumbrados a que el río se desborde desde el Barco Pasaje y por la Encurnia, ante el hecho de que en esta ocasión no haya sido así. Se preguntan si la rotura de la presa de Santa Ana tenga que ver en esto. Lozano por su parte entiende que la causa es que la lluvia ha sido constante, pero no en grandes cantidades, «no ha habido una caída de agua extraordinaria, ha sido todo constante pero moderado».