El proyecto para la eliminación del bolseo en el Casco Histórico sigue avanzando con éxito, ya que tanto los datos como la experiencia lo confirman. El Ayuntamiento estrena la séptima fase de esta prueba piloto en la que se instalarán contenedores en la calle Santa Úrsula, en el Cristo de la Parra, corredorcillo de San Bartolomé, plaza de Santa Catalina e Iglesia de San Sebastián.
«Se trata de una fase más pequeña», explica la concejala de Obras y Servicios, Loreto Molina, pero necesaria y un ejemplo más de que el feedback de esta experiencia piloto que se inició hace un año «sigue siendo muy bueno». El proyecto continuará avanzando en el Casco en los próximos meses para seguir tomando nota sobre la acogida y los resultados de eliminar el bolseo, con lo que Molina tiene claro «que ya no hay vuelta atrás», aunque todavía es pronto para pronunciarse sobre la implantación definitiva y la búsqueda de los contenedores más adecuados y estéticos para ello.
El primer aniversario de este proyecto arroja un balance positivo, ya que se ha llegado a 80 calles y se han instalado cien contenedores. A estos datos se suma también una imagen del Casco «bien distinta» a la del año anterior. La concejala de Obras y Servicios asegura que la diferencia se ha palpado en la Noche del Patrimonio celebrada el sábado pasado. «Hace un año que se celebró la anterior con un Toledo abarrotado, precioso y muchas bolsas de basura por el suelo. Y en esta edición la imagen ha sido diferente»
En este sentido, Molina insiste en los buenos resultados y en la satisfacción del Gobierno municipal por la acogida entre los vecinos, de la OMIC y de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (Rabacht), con la que mantiene contacto a la hora de establecer los contenedores en distintos puntos del Casco para no afear las fachadas de monumentos y bienes culturales.
Más datos. La empresa Valoriza, concesionaria de la limpieza y recogida de basura, también ha realizado un informe que señala que el proyecto ya ha alcanzado un 40% de implantación en el Casco, con lo que Molina considera que el 60% restante se abordará en dos partes, aunque hay que tener en cuenta la complejidad de algunas zonas y calles.
En este caso, Molina sostiene que un 35 o 40% de lo que queda se irá realizando como hasta la fecha, pero existe otro 20 o 25% que complica el abordaje, con lo que será necesario estudiar cómo llevar a cabo la instalación de contenedores, sobre todo, en calles muy estrechas o de difícil acceso en las que la colocación de contenedores puede llegar a entorpecer el paso de vehículos y de peatones, como ocurre en las Bulas, el Corralillo de San Miguel, San Justo y la plaza de las Capuchinas y la zona de San Andrés.
En cualquier caso, la concejala insiste en que el equipo de Gobierno municipal «no tirará la toalla» y buscará fórmulas de la mano de distintas empresas «para saber si hay vehículos o algún elemento que se pueda aportar a los vehículos para llegar a una solución».
Durante este año de experiencia piloto y de análisis ha sido necesario realizar algunos ajustes en distintas calles en relación a los contenedores, porque sobraban o faltaban para que se cumpliera el servicio de la mejor manera posible.
Si bien, Molina vuelve a dar un toque de atención a los establecimientos hosteleros par recordar que ellos están sujetos a la recogida comercial porque se ha detectado un mal uso de los contenedores por parte de algunos de ellos, con lo que se colmatan con rapidez y dificultan que los vecinos puedan depositar la basura.