Contar con sistemas de detección de incendios, humo o una simple alarma que avise ante cualquier peligro o emergencia, supone una ventaja a la hora de afrontar situaciones de riesgo. Tras el fuego de Valencia, el debate se ha abierto también en esta variante, dejando en evidencia que «la mayoría de comunidades carecen de sistemas contra incendios y los que los tienen, los tienen caducadísimos». Así lo explica Samuel Martínez, gerente de Conesam, en Talavera, quien indica que en las pequeñas localidades «no se controlan este tipo de cosas, no se revisan».

Martínez considera que deberían ser las mismas gestorías las que pusieran en alerta a los edificios, recordando que de haber un siniestro así, los seguros no cubrirían los daños. Los extintores son obligatorios en España pero no así los sistemas de detección, que sí lo son en el resto de Europa. «Hay cierta dejadez en el sector», porque «un extintor salva vidas» y a veces se mira más que el color no pega con la pared.

Se trata de hacer las viviendas más seguras con medidas sencillas. Así, y aunque se trate del efecto de un siniestro como el de Valencia, las ventas o al menos el interés por este tipo de aparatos, que son asequibles económicamente, ha experimentado un pequeño incremento. Martínez confirma que  hay clientes «que han venido a comprar el extintor o comunidades que los tenían caducados y se han puesto las pilas, pasa cada vez que pasa algo así».

Por supuesto, es fundamental saber usarlo, por lo que se ha planteado ofrecer pequeños talleres a través de las gestorías para los vecinos dándoles las nociones básicas para utilizarlo ante un pequeño foco de fuego, evitando así que vaya a más.